En la tercera planta del Guggenheim, una más arriba de donde se exhibía la obra de Kapoor, contemplé sin escepticismo, convencido de su pobreza, la exposición de Robert Rauschenberg, de quien yo había visto su "Dibujo borrado de De Kooning", un dibujo borrado de Willem de Kooning. Robert borra el arte y de los vertederos rescata latas, señales torcidas de tráfico, bicicletas, tubos de escape, radiadores de coche, tambores de lavadoras, vallas de obra, persianas..., los ensambla de cualquier manera, a veces con telarañas, y allá va que te preste. Sus complacientes críticos hablan de "operación rescate elaborada y asertiva, donde el todo supera a la suma de las partes". Lo que supera al todo es la arquitectura de Gehry; en sus paredes pinta bien hasta la caca de la vaca. Veremos si el Centro Niemeyer pone en valor a los chatarreros de acá, o a las vacas.