Ch. NEIRA

Las obras de mejora y acondicionamiento del teatro Campoamor iniciadas el pasado 20 de junio marchan a buen ritmo. Eso piensan, además de los trabajadores de la empresa encargada de los trabajos, los responsables municipales, del ingeniero al Alcalde. En la visita que realizó ayer Gabino de Lorenzo al teatro en obras pudo comprobar lo avanzado de los trabajos: el patio de butacas ya está acuchillado, se ha pintado toda la sala principal y los aseos de la planta baja y entresuelo están casi finalizados, a falta de la instalación de los sanitarios.

Aparcada la polémica de la supresión de las plateas, salvadas en otra visita del alcalde al teatro, el temor a no lograr el consenso de los usuarios del Campoamor se reduce ahora al nuevo color con el que luce ya toda la sala principal. La vieja pintura, ya algo manchada por los años, se ha sustituido por una tonalidad algo más clara. No es, en todo caso, un blanco. Más bien, matiza el ingeniero municipal, Ignacio Ruiz Latierro, «un marfil», «un blanco envejecido».

El Alcalde hace su aparición por un lateral y también felicita a trabajadores y jefes de obra. Para Gabino de Lorenzo, el nuevo blanco es «elegante, elegantísimo», y luego se pierde en felicitar a todos, en aplaudir el «orden y concierto de la obra» y en teorizar sobre la bondad de una reforma cuando se advierte que los trabajos están bien organizados. Eso, remata De Lorenzo, es lo que sucede en la mejora del Campoamor y «se nota, esto va bien».

A los aplausos al color, al acuchillado del patio, a los nuevos suelos ya instalados en algunas plateas o a los aseos casi rematados, se añade alguna pega. Le preguntan por las láminas de madera que decoran los pasillos exteriores de los laterales, cuya sustitución ya se cayó del proyecto junto a la supresión de las plateas. A la vista del azulejado en el baño, aunque los aseos le gustan, Gabino de Lorenzo niega una segunda oportunidad a quitar las maderas. «Sin esta madera el teatro no es el mismo, el teatro Campoamor es así, y así se queda».

Todavía se interesa una vez más por los trabajos que harán con estas láminas. Lijar, limpiar y barnizar le parece al alcalde de Oviedo casi demasiado.

Por lo demás, inspecciona y aprueba el resto de trabajos, que también están incluyendo un cambio de toda la instalación eléctrica. La única duda, entre bromas, que les queda a los presentes es si las butacas, todavía en un taller en proceso de restauración, llegarán a tiempo para las funciones de la zarzuela de finales de mes. De Lorenzo no pierde ocasión de convertir la ocasión en broma política: «Si no llegan a tiempo, siempre nos puede ayudar Areces, que aprendió a sentarse en la India, así, con las piernas cruzadas, y ya no necesita butaca». Luego introduce una pausa, entorna los ojos y remata. «Pero es que mira que recorrió mundo este hombre».

Bromas aparte, el andamio instalado para los trabajos de pintura en la sala central se desmontará hoy mismo y los trabajos seguirán con los remates, ajustes, barnices y demás en todos los niveles del Campoamor. Durante los próximos días, temen los técnicos, necesitarán ventilación extra para que los olores no se queden a vivir con la zarzuela. A ver.