Isabel BALLINA

En la madrugada del 5 de agosto de 1939, trece jóvenes izquierdistas de 18 a 29 años fueron fusiladas en la tapia del cementerio de La Almudena de Madrid. Eran mujeres y jóvenes, y por eso sus muertes dejaron una huella especial en la memoria popular. Fueron conocidas como las «trece rosas», una historia llevada al cine por Emilio Martínez Lázaro.

Dos de ellas, Julia Conesa y Joaquina López, eran de Oviedo. Ayer, sus descendientes, Constanza Paje y América López de la Riva, les rindieron un homenaje en la fosa común del cementerio de El Salvador, en el que reclamaron que una calle de Oviedo lleve el nombre de estas dos mujeres.

«No sólo queremos homenajearlas a ellas por la lucha que llevaron a cabo, también queremos reivindicar por la libertad y la democracia», explica América López de la Riva, sobrina nieta de Joaquina López. Y, a través de ellas, «dejar constancia de la injusticia que se cometió con todos los fusilados durante la dictadura», apunta Constanza Paje.

Estas trece mujeres, que cayeron por defender sus ideales, fueron homenajeadas en un acto organizado por la secretaría de igualdad de la AMSO, que también pidió la creación de una calle para las «dos rosas» ovetenses e insistió en la retirada de los monumentos franquistas, «como la del Coronel Teijeiro», puntualizó Alfredo Carreño, concejal y secretario de la AMSO.

Con el homenaje celebrado ayer en El Salvador, al que acudieron militantes y representantes socialistas, como el senador José Antonio Alonso, se quería recordar a «todos los caídos», señala Constanza Paje. «Hay muchos que fueron tirados en una cuneta y no se les ha identificado» concreta. Paje y López de la Riva participan activamente en la Asociación Trece Rosas y mantienen contacto con los familiares de las otras «rosas». «Nos gustaría mucho organizar un acto conjunto» afirma América López. «No podemos borrar las huellas del pasado», indicó Carreño.

Tras el homenaje, los presentes acudieron a la Casa del Pueblo a un acto en el que intervinieron Paje y López de la Riva. Un homenaje con una idea clara: «Que mi nombre no se borre de la historia», las últimas palabras de Julia Conesa.