En Asturias florece el loto, cuernecillo o corona de rey, pero quiero referirme a la «Nelumbo nucifera» o flor de loto, emblema de la India, que simboliza pureza, belleza, majestuosidad, gracia, fertilidad, riqueza, sabiduría, ilustración y serenidad. Sobre sus pétalos se entronizó a Buda. Para los griegos, esa flor que emerge del agua significaba el triunfo después de haber luchado incansables contra el fracaso. Consumidla en infusión y veréis qué euforia. El loto se encuentra en el capítulo IX de «La Odisea», cuando Ulises desembarca en la tierra de los lotófagos o comedores de loto; también en la «Alegoría de Asia», colgada en el Campo San Francisco, que pintó hacia 1720 el ovetense Miguel Jacinto Meléndez, pintor de cámara de Felipe V; se intuye en el gorro frigio de la dama del cuadro, pero terminará mustiándose, tan lejos del estanque de los Patos.