Aroa FERNÁNDEZ

«Impresionante, no me lo esperaba tan bueno», afirmaba sorprendido Mario Díaz, tras la primera parte de la actuación del viernes de «¡Viva Zarzuela!», representada en el teatro Campoamor. «Si tuviera que ponerle una nota hasta diez, le daría un nueve». El teatro lleno y el público entusiasmado ante la antología lírica que se representará hasta la semana que viene.

Tras el preludio de «El manojo de rosas», la aparición del actor Arturo Fernández en el patio de butacas causó una gran expectación entre el público. Entonces comenzaron las primeras risas tras su singular «chatina» y sus guiños a las mujeres. A continuación, la soprano Amparo Navarro arrancó una gran ovación y los primeros gritos de «guapa», tras su interpretación junto al barítono David Menéndez, de «Hace tiempo que vengo al taller» de «La del manojo de rosas».

El tenor Alejandro Roy, con «La tabernera del puerto», suscitó los primeros «bravos» de la noche. Después vendría «Los Gavilanes», con el barítono Juan José Rodríguez, «El huésped del sevillano» y «La canción del olvido», con la soprano Beatriz Díaz, que encandiló al público con su previa actuación junto a Arturo Fernández.

A Félix Prats, la escena de la romanza de Vidal en «Luisa Fernanda» no le gustó. Nada tuvo que ver con la interpretación del barítono David Menéndez. «No me gustó que apareciera con un fusil en la mano, creo que sobraba», destacaba Prats. «Aún así el espectáculo es magnífico». Este madrileño pasa sus vacaciones en la ciudad junto a la también madrileña Manuela Anta y la asturiana Mari Fe Vallina. «En Madrid solemos ir al teatro y nunca había visto un espectáculo con tan buena puesta en escena», apunta Manuela Anta. La asturiana sólo tiene palabras de elogio. «Es un espectáculo magnífico».

Las voces de los intérpretes impresionan, por lo menos a Alfonso Álvarez y Lorena Tuñón. Esta pareja de leoneses se desplazaron desde su ciudad para ver el espectáculo. «Es la primera vez que venimos y lo mejor son las voces, impresionan mucho», explica Alfonso Álvarez.

El segundo acto llenó el Campoamor de símbolos asturianos. La sidra y las gaitas hicieron retumbar el teatro, al igual que los aplausos con la presencia del gaitero José Ángel Hevia sobre el escenario, quien deleitó con «Floreo de gaita» de Remis. Como fin, el «Asturias, Patria Querida», interpretado por la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo» levantó al público de sus butacas.