P. G.

«Ahora es muy democrático y muy participativo, ahora». Quien habla así, con una mezcla de enfado y sorpresa, es Avelino Alonso. Concejal del Ayuntamiento de Oviedo por el Partido Socialista entre 1999 y 2003, él y otros 13 compañeros fueron «suspendidos de militancia» -expulsados- de la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo (AMSO) por pedir unas elecciones primarias dentro del partido en las que se eligiese al candidato del PSOE a la Alcaldía de Oviedo para los comicios de 2006. Justo el mismo proceso que ahora va a comenzar en la sede de los socialistas madrileños como un «triunfo de la transparencia y de la democracia». «Nosotros queríamos elegir al mejor candidato para echar de la Alcaldía a Gabino de Lorenzo», explica Gonzalo Cuervo, otro de los suspendidos, «pero los que acabamos fuera fuimos nosotros».

Al final, aquel año -y salvo sorpresas, también el próximo 2011- la candidata del PSOE a ocupar la Alcaldía de Oviedo fue Paloma Sainz. Sin elecciones primarias, directamente por el «dedazo» -apunta Alonso- de Javier Fernández, secretario general de los socialistas en Asturias y próximo candidato del PSOE a la Presidencia del Principado. La razón por la que el proceso de primarias comenzará en Madrid cuando en Oviedo ni se planteó es, según Alonso, que en Asturias quienes lo pedían eran «simples militantes de base», mientras que en la capital española quien ha pedido que se celebren primarias es el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez. «Zapatero tiene diferentes varas de medir conforme a quien se enfrente», afirma Cuervo, «y pasará a la historia como el peor presidente del Gobierno y el peor secretario general por sus imposiciones». La última, colocar a la actual ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, en la carrera por la presidencia de la Comunidad de Madrid en competencia con Gómez, que desde hace tres años lidera el Partido Socialista en Madrid.

Para el ex concejal, la decisión de Fernández de poner a Paloma Sainz al frente de la AMSO es la responsable de que, ahora, el panorama socialista en Oviedo sea «un páramo desolador, con mediocridades dirigiendo la nave y sembrando el camino de rosas para que la derecha obtenga una nueva mayoría absoluta», afirma.

Cuervo y el propio Alonso son, según él, los únicos de los 14 expulsados que no han vuelto al PSOE tras cumplir la sanción: «si tuviésemos un secretario general de la altura moral de Tomás Gómez volvería; mientras tanto, no», sentencia, «porque él sí que ha dado una lección de democracia». Alonso confía en que otra lección para los socialistas venga de los tribunales. En concreto, del Supremo, institución a la que el PSOE ha recurrido como última instancia la sentencia que, primero en el tribunal de Primera Instancia y después en la Audiencia, invalidaba la «suspensión de militancia» de los catorce afectados. «Tampoco me parece muy democrático que la AMSO esté invirtiendo dinero en tratar de demostrar que hicieron bien al expulsarnos», opina Alonso. Cuervo, mientras tanto, espera que el Supremo «confirme la sentencia».

Los dos ex militantes socialistas aplauden la «valentía» de Tomás Gómez a la hora de plantar cara al presidente del Gobierno, pero critican que uno de sus nuevos apoyos a la hora de pedir elecciones primarias, el asturiano Álvaro Cuesta, fuese «uno de los principales instigadores a favor de la sanción para quienes pedimos que las primarias también se celebrasen aquí», afirma Alonso. «Su descaro es impresionante», añade.

Aunque ya no ocupe ningún cargo público ni milite en la AMSO, Alonso sigue de cerca la política. «Soy un demócrata», afirma, «pero lo que otros hacen es vivir de la democracia», sentencia.

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