Sudor caliente y copioso, sed intensa, cara roja, agotamiento, hiperventilación, náuseas, vómitos, irritabilidad, incoherencia, confusión, ausencia de diuresis, calambres en las extremidades y en el abdomen, sudor frío, hipotensión, taquicardia, destrucción de los tejidos cardiovascular, hepático y renal, delirio, convulsiones, descerebración, pupilas fijas en midriasis, más de 45 grados de temperatura rectal, acidosis metabólica, cuagulopatía y, finalmente, colapso y coma. A estos estragos puede conducir el golpe de calor como el que una señora sufrió el sábado en la playa de Barayo. Con pocos minutos más de viaje, el trotecito del helicóptero que la trasladó al Hospital de Jarrio bien pudo llevarla al de Cabueñes, cerca de Kulteperalia y la Pantoja, para que, desde Urgencias y por la Seguridad Social, escuchara «Nací en Sevilla» entre paredes blancas y manzanillas.