Isabel BALLINA

«Antes de llegar aquí estaba como un móvil descargado». Ousseynou Diop es un senegalés de 33 años que lucha por desbrozar el camino de su nueva vida en Asturias, y que ha encontrado una herramienta útil en el telecentro municipal de Teatinos, donde se desarrolla el denominado «plan Urban» para la integración social y laboral de los sectores menos favorecidos de la sociedad.

Este proyecto, promovido por el Ayuntamiento de Oviedo y financiado por la Unión Europea, tiene especial incidencia en los barrios de la ciudad con mayor volumen de desempleo y con personas en riesgo de exclusión social, como La Corredoria, Teatinos y Ventanielles. El plan engloba varias áreas temáticas: integración social, desarrollo, diversificación económica e investigación, sociedad de la información, turismo y medio ambiente.

Ana Isabel Turbón, especialista en programas de igualdad de oportunidades y coordinadora de las orientadoras del «plan Urban», destaca que la labor que se lleva a cabo en el telecentro busca la integración socioeconómica con un conjunto de actuaciones destinadas a conseguir un empleo y favorecer la inclusión sociolaboral de los usuarios. «Intentamos conocer a la persona, su situación y sus necesidades, y actuamos acorde a la demanda de cada usuario», explica.

Para ello, se cuenta con una orientadora en cada zona de aplicación del plan, que realiza un seguimiento de cada usuario. «Así conseguimos conocer a cada uno personalmente, y ayudarle en lo que necesita», señala Eva Martínez, orientadora para el barrio de La Corredoria.

El telecentro ayuda en las búsqueda de trabajo, orienta en las posibles salidas laborales y también hace de «mediador laboral». «Ponemos a disposición de los usuarios ordenadores para que busquen ofertas de trabajo, y teléfonos para que llamen gratuitamente», explica Turbón.

Ousseynou Diop es uno de los usuarios que diariamente utilizaba este servicio. «Cuando perdí el trabajo acudí a una trabajadora social para que me ayudase, y ella me aconsejó que viniese aquí, donde llevo ya nueve meses. He hecho cursos informáticos y esta semana empezaré a trabajar nuevamente», explica el inmigrante senegalés.

Soraya Montoya, de 31 años, vive en Ventanielles y también ha conseguido trabajo gracias a la labor que realiza el telecentro. «Llevo nueve años en Asturias y me han conseguido varios trabajos. Además, he vuelto a estudiar para sacarme el graduado escolar gracias a la iniciativa de mi orientadora, Iris Chico», señala.

Y es que el telecentro, viendo que muchos usuarios no tenían los estudios básicos, ha contratado a una diplomada en Magisterio que imparte clases en el telecentro, situado en la calle Doctor Francisco. Grande Covián, en Teatinos. Los usuarios, además, pueden acudir a los cursos de informática básica que un técnico imparte, también en la sede del centro.

Al telecentro también acuden recién licenciados que se sienten inseguros al enfrentarse a la vida laboral y necesitan consejos. «Al acabar la carrera no conocía las salidas laborales que tenía, y vine asesorado por mi pareja. Aquí he hecho un curso de informática que necesitaba y me han recomendado varios cursos de especialización para ampliar las posibilidades de trabajo», comenta Carlos López, licenciado en Historia del Arte.

En una situación parecida se encuentra Giselle Bourdelande, arquitecta de 28 años, que al acabar la carrera confiesa que estaba «perdida». «Mi orientadora me comentó los posibles despachos de arquitectos a los que podía acudir, y también otras posibles salidas, como la enseñanza», señala.

José Fernández y Yolanda González son también usuarios de los programas del plan «Urban». Acudieron porque se encontraban «estancados» en sus trabajos y querían «un cambio». «Antes era mozo de almacén y ahora estoy haciendo un curso de jardinería», explica Fernández, que no puede ocultar su entusiasmo.

El proyecto «Urban» lleva funcionando desde hace poco más de un año, desde el mes de julio de 2009, y desde entonces se han conseguido 86 contrataciones laborales, a la vez que «ayudar y orientar a muchos jóvenes», según resume Ana Isabel Turbón.