Sidra joven

En tiempos tan profilácticos como éstos, uno agradece la incorrección, incluso la involuntaria, todavía más graciosa. En el Campo hay un juego para que los niños aprendan a escanciar. ¿También les enseñan a «mexala»? ¿Cuántas cajas recomiendan los pediatras y a qué edades? ¿Superarán los menores a los latinos en los concursos del verano? A ver.

¿Y si cerramos?

Los vecinos protestan, los amantes de la música también, los padres con niños se quejan y el Oviedín del alma recela de la invasión del final del verano. Así que igual la solución es pasar de todo, no hacer más fiestas de San Mateo y dejar que el otoño se instale poco a poco en la ciudad sin esta algarabía de bienvenida. Y así todos contentos. ¿O alguien protestaría?