En el concierto de la OSPA, el jueves, el clarinetista José Franch-Ballester interpretó a Mozart, bajo la dirección de Virginia Martínez, y de propina nos dedicó «Oblivion», de Astor Piazzola, compositor argentino que, con este título, que en inglés significa «olvido», «inconsciencia» e incluso «amnistía», hace un homenaje a las víctimas desaparecidas durante la dictadura de Videla, en Argentina. «Oblivion» es un tango moderno, o sea, un tango clásico mezclado con música sinfónica, síntesis de tango y Stravinsky, como otros de Piazzola, con contrapuntos y fugas, jazz-tango, parecido a otros tangos suyos con bandoneón y violín, con piano y guitarra eléctrica. El «Oblivion» que tocó José finaliza con aire solamente, como si el clarinete, más que olvidársele su cometido, dejara escapar el último aliento; aire solamente, que a mí me dejó sin aire, sobrecogido.