Aroa FERNÁNDEZ

El «plan Bolonia» es ya una realidad en la Universidad de Oviedo. Los alumnos de primer curso comenzaron ayer los nuevos grados implantados para la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). En las aulas universitarias, los jóvenes se mostraban expectantes ante los cambios de un sistema educativo que como ellos dicen «es lo que les toca» y que ha generado gran polémica.

En la Facultad de Química, situada en el campus del Cristo, Gonzalo Martínez y Maryam Abounaim hacían un descanso tras sus primeras clases del grado Ingeniería Química. «Es pronto para saber cómo irá el curso, pero que haya seminarios y clases prácticas nos beneficiará», explicaba Martínez, que el año pasado cursaba Química y pensaba que este año le convalidarían algunas asignaturas «Me dijeron que me iban a convalidar una asignatura y ahora sólo me van a dar uno o dos créditos de libre configuración, y el temario es parecido», apuntaba.

En el aula de al lado, Samuel Martínez, Andrea Muñoz y Rocío Monjardín esperaban sentados para comenzar su siguiente clase del grado de Química. Llevaban desde las nueve de la mañana con sus nuevos compañeros y según cuentan «el curso no tiene mala pinta». «Nos han dicho que las clases serán más personalizadas y tendremos un tutor particular», relataba Samuel Martínez.

En el exterior del edificio, otro grupo de estudiantes del grado Ingeniería Química charlaban al final de la mañana. No era su primer día en la Facultad. Miguel Rehberger, junto con sus compañeros, había decidido cambiarse al grado porque «hemos aprobado pocas y con el cambio no podríamos asistir a las clases de las asignaturas de la antigua diplomatura». Según ellos el cambio será para mejor. «El año pasado igual te engañabas», bromeaba Eduardo Álvarez. «Ahora el trabajo diario del alumno será lo principal», continuaba Rehberger.

En la Facultad de Biología, Ana Borrás y Héctor Tames comenzaban el nuevo grado de Biotecnología «con entusiasmo». «Poco a poco nos estamos informando y algunos profesores nos dicen que no saben mucho».