Se quieren ir al Caribe a lucir moreno bajo las palmeras, pero antes han decidido destaparse en casa, en el estudio del fotógrafo gijonés Jesús Miguel Muel de Dios. Son estudiantes de cuarto curso de Medicina en la Universidad de Oviedo y han recurrido al efectista proyecto de posar desnudos y elaborar un calendario para recaudar dinero para cruzar el charco.

Dentro de unas semanas 40 aspirantes a médico lo habrán enseñado todo. No hubo una selección previa, «quien se apuntó, sale», explica Sara Fernández, una de las chicas que participaron en la iniciativa junto a sus compañeras Raquel Fernández y Belén Sánchez.

Confiesan que la primera foto fue la más difícil. «Lo de quitarse el albornoz y quedarse desnuda delante del fotógrafo» es complicado coinciden, «pero luego no querían volver a ponerse el albornoz», bromea Muel.

Las sesiones de fotos se hicieron en septiembre y hubo que utilizar «San Photoshop», pero no para arreglar cuerpos. «Con 21 años que tienen no hay nada que retocar», explica el fotógrafo, pero lo que sí que llevó sus horas de trabajo fue eliminar las marcas de bikinis y bañadores. «Era más fácil retocar en la pantalla que maquillar los cuerpos».

Son fotos de esas que se llaman artísticas, con pocos elementos de la profesión de galeno. En unas se ve más anatomía y en otras se intuye, pero «cada alumno ha elegido la foto que saldrá», remarcan. No se trata de una sucesión de doce fotos, una por mes, sino que hay fotos individuales, de parejas, de grupo. Así que no hay que nombrar a un o una «míster» o «miss septiembre», por poner un ejemplo. Raquel, Belén y Sara nunca antes habían posado desnudas, pero reconocen que lo hicieron muy a gusto y que en ningún momento pasaron demasiado apuro. Media hora por persona delante de la cámara, «con algunas posturas difíciles», señala Raquel Fernández. Muel resume: «Se portaron como auténticas profesionales». Al ver el trabajo final, que dentro de unas semanas saldrá a la venta por un precio de diez euros, Sara Fernández es rotunda: «Las fotos quedaron muy guapas».

Algunas tienen novio y otras no, pero las parejas lo único que han dicho es que les reserven un ejemplar del calendario. En casa, al principio también hubo algo de reparo, pero no mayores impedimentos. ¿Y cuando salga el calendario y toda la Facultad os vea desnudas? «Pues quienes nos vamos a ir al Caribe somos nosotros», resuelve Sara Fernández.

No es la primera vez que los estudiantes de Medicina de Oviedo muestran sus cuerpos en un calendario, así que tampoco es demasiada sorpresa en la Facultad. Además, con la mayor naturalidad no se plantearon pedir permiso a la institución académica, lo hablaron con algunos de los profesores y cargos académicos de la Facultad, y punto; sin problemas. En las fotos se ve mucho cuerpo, en unas más que en otras, y pocos rostros. Las personas son reconocibles para sus conocidos, pero poco más. Fondos neutros, poses estudiadas e iluminación adecuada para que todo quede bonito y elegante, algo no demasiado complicado cuando se trata de cuerpos de 21 años.

«A esa edad nadie es feo», recalca el fotógrafo.