Elena VÉLEZ

Si la estatua de la Regenta, en la Plaza de la Catedral, hablara, daría todos los detalles de la rehabilitación de la Casa de la Rúa, el edificio civil más antiguo de Oviedo situado enfrente de la Catedral, en la esquina con la calle de la Rúa. Durante dieciocho meses, este edificio medieval ha estado en obras para su reforma integral, promovidas por sus propietarios, la familia Navia-Osorio. El matrimonio formado por Rodrigo Navia-Osorio y Sandra Jáuregui es el impulsor del proyecto para convertir la casa, que cuenta con un amplio jardín interior, en un centro de eventos.

Para el proceso de restauración se contó con un amplio abanico de profesionales, encabezado por el arquitecto Luis Ramón Laca y formado por Sergio Ríos, experto en arqueología; la catedrática en Geología de la Universidad de Oviedo Rosa Esbert; el constructor Regino Fernández y la empresa de cantería y restauración Seoane.

La Casa de la Rúa o Casa del Marqués de Santa Cruz de Marcenado es el único edificio civil medieval que se conserva en Oviedo y está considerado Bien de Interés Cultural de Asturias. Para su renovación se han tenido que respetar todas las estructuras originales, tanto de la fachada como del interior del inmueble. En palabras de Luis Laca, doctor arquitecto de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, «ha sido uno de los mayores retos de rehabilitación de mi carrera». Por un lado había que conservar la casa, y por otro, debía dársele un uso diferente. «La búsqueda de un hueco para el ascensor o la instalación del aire acondicionado supusieron un verdadero problema hasta dar con la solución». Para el arquitecto, a medida que transcurrían los días el edificio les iba dando información: «Contábamos con bastante documentación histórica y artística de la casa, pero, ella misma nos ha dado pistas».

El origen de la edificación ha podido establecerse a finales del siglo XIII por las llamadas «marcas del cantero», unas señales en forma de «M» propias de esa época encontradas en varios muros de la casa. Otro de los hallazgos más llamativos es una ventana gemela a la conocida como «Ventana de la Cruz», uno de los elementos más característicos del inmueble.

En lugar de dar al exterior, esta ventana se encuentra dentro de la casa, tras haber sido tapada con un nuevo cuerpo constructivo en el siglo XVIII. «La cruz de esta ventana está destruida y sólo conserva la base, pero hemos querido dejarla visible en uno de los salones».