Ch. N.

Los vecinos del barrio de San Lázaro salieron ayer en apoyo al joven que en la noche del sábado recibió una brutal paliza en el cruce de las calles San Melchor y San Mateo a manos, según el denunciante, de un grupo de menores de origen marroquí. La presidenta de la asociación vecinal de San Lázaro, María Teresa Martín, aseguró ayer que agresiones como éstas no son ningún hecho aislado y que los problemas con ciertos menores residentes en el centro de acogida materno infantil del Parque de Invierno son constantes.

«Aquí estamos dos días sí y otro también con algún problema», denunció María Teresa Martín. «Esconden cuchillos y barras por el Parque de Invierno, agreden a todo el mundo, quitan los bastones a los ancianos, se los lanzan al suelo y les mandan ir a buscarlo, les piden dinero. Como dejes una bicicleta candada en la calle, te la roban. E incluso la Policía te recomienda que a partir de determinada hora de la tarde mejor no salir a pasear por el Parque de Invierno».

María Teresa Martín denuncia que la delincuencia de baja intensidad de menores acogidos en el centro materno infantil es un problema muy grave en el barrio y pide explicaciones. «Me gustaría preguntar al Principado cómo es posible que estos chavales anden por ahí a esas horas de la madrugada, cómo les permiten salir de casa. Nosotros los acogemos aquí y encima tenemos que dejar que nos machaquen», denunció.

«Aquí», siguió María Teresa Martín, «parece que sólo nos toca aguantar». La presidenta de la asociación vecinal no dudó en amenazar a la Administración regional de la que depende la tutela de estos menores de los centros de acogida en realizar movilizaciones. «Si esto no cambia, vamos a tener que salir en manifestación», aseguró.

María Teresa Martín añadió que esta conflictividad está «amargando la vida» a todos los vecinos del barrio y denunció que determinados menores que reinciden en sus actos vandálicos salgan solos a la calle. «Si no pueden andar por ahí, que vayan esposados o con Policía. Además, son unos cobardes, porque nunca van solos, siempre van en grupo. Nosotros no podemos estar tranquilos en la calle y tampoco lo están nuestros hijos ni nuestros nietos. Es una situación que no se puede consentir. A ver si al final vamos a tener que tomarnos la justicia por nuestra mano», zanjó.