David ORIHUELA

Los estudiantes de Psicología no tienen nada claro su futuro, y ayer se lo hicieron saber a todo Oviedo con una manifestación en la que durante dos horas cortaron el tráfico del centro de la ciudad en un recorrido que les llevó desde la Facultad, en la plaza Feijoo, hasta la Consejería de Educación, en la plaza de España. Los psicólogos denuncian que los últimos cambios en las normativas les cierran muchas salidas laborales. En mayo de este año el Tribunal Supremo falló que las consultas de psicología no pueden ser registradas como centros sanitarios, lo que les impide establecer conciertos con aseguradoras sanitarias privadas, es decir, que pierden pacientes e ingresos. Un mes después, en junio, Madrid, Asturias y Valencia comenzaron a exigir a los psicólogos de los centros de reconocimiento de conductores que sean especialistas clínicos, con lo que, según explican los psicólogos, ya ha habido varios que se han quedado en el paro.

Ante esta situación, el Foro de Psicología convocó ayer una jornada de protesta en toda España que en Oviedo se convirtió en una manifestación de 300 personas y en una entrega de 4.000 firmas en la Consejería de Educación del Principado de Asturias.

Estudiantes de Psicología y profesores recorrieron las calles de la ciudad tras una pancarta en la que se podía leer: «Por el derecho a ejercer nuestra profesión». En la marcha pacífica los estudiantes, ataviados todos ellos con prendas de color morado, el color de su Facultad, lanzaron consignas como «sin pastillas hacemos maravillas», en referencia a su modo de tratar a los pacientes.

Armados con pitos, bocinas y las ya famosas «vuvuzelas» y platillos, cualquier cosa que hiciera ruido, los estudiantes querían hacer saber a todo Oviedo el problema que tendrán en su futuro laboral y que no será debido a la crisis económica, sino a los cambios en la legislación.

Los representantes de los alumnos explicaron que el problema se remonta a hace siete años y que se ha ido agravando en los últimos meses. La clave es la no consideración de los psicólogos como profesionales sanitarios, lo que les resta posibilidades de trabajo de cara al futuro. Por eso su exigencia es clara: que les dejen ejercer la profesión para la que están estudiando.