P. G.

Los textos bíblicos y la nueva música pueden no tener mucho que ver, pero el tercer concierto del Ciclo de Música Sacra «Maestro de la Roza», patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, demostró que no tiene por qué ser así. Las obras interpretadas a la cítara por sor María Covadonga Querol de Bascarán, monja benedictina de San Pelayo de Oviedo, conquistaron a quienes llenaron la iglesia del monasterio con una mezcla de sonidos casi celestiales, de compositores contemporáneos, aplicados a textos litúrgicos.

Sor María Covadonga Querol es una consumada especialista a la hora de sacar música de un instrumento de enorme dificultad interpretativa. Durante el concierto de ayer -el penúltimo de la VI Edición del ciclo dedicado al último maestro de capilla de la Catedral, Alfredo de la Roza, que terminará el próximo viernes con la Escolanía San Salvador- la religiosa transmitió a los asistentes el espíritu de un programa, llamado «Chemin de sérénité» («Camino de serenidad», en referencia a la ruta jacobea de Santiago), basado en las vivencias espirituales asociadas a la música. Con textos bíblicos aplicados al siglo XXI, sor María Covadonga Querol mostró las habilidades de una intérprete única.