El trabajo bien hecho, la seriedad y la solvencia de la Ópera de Oviedo como centro de producción lírica de rango internacional debieran ser tratados con el respeto merecido por la clase política regional. La evolución del ciclo lírico ha permitido en las últimas dos décadas alcanzar metas impensables tiempo atrás. Un proceso de crecimiento que ha ido paralelo a la evolución y a la madurez de un público capaz de asimilar los más diversos lenguajes estilísticos. El domingo LA NUEVA ESPAÑA ofrecía noticias y reportajes inquietantes sobre las consecuencias de los recortes en la ópera y en el mundo de la música en general. O se produce una reacción en bloque o, a corto plazo, se pagarán las consecuencias de una campaña dirigida a reventar la industria cultural ovetense. El malestar ante la sistemática destrucción de la financiación de la música en la ciudad (¡bendita disculpa la crisis para cortar por donde da la gana!) mientras sale dinero a espuertas para otros proyectos fue comentario generalizado entre muchos aficionados en el estreno.