Pablo GALLEGO

Las prejubilaciones, o jubilaciones voluntarias incentivadas, en la Universidad de Oviedo aumentaron un 12,5 por ciento en 2010 respecto a los datos del año anterior. En total, según las cifras del vicerrectorado de Profesorado, 54 docentes se acogieron al acuerdo aprobado entre la institución académica asturiana y el Gobierno del Principado. Un plan que comenzó en 2009 y que según Julio Antonio González, vicerrector del área, busca «rejuvenecer la plantilla». En 2009 se prejubilaron 48 docentes. En este sistema, al 100 por cien de la jubilación se suma un incentivo, que consiste en «el 100 por ciento de las prestaciones que cobraban en activo», explica González.

En el último claustro universitario, las jubilaciones fueron uno de los temas candentes de la reunión por tres razones: profesores retirados de forma voluntaria que continuaban presentes en la Universidad, problemas con algunas jubilaciones, y diferencias en el cobro mensual entre jubilados y personal docente en activo. Una situación que se origina, según explican desde la Universidad, al no haberse aplicado a los jubilados voluntarios el recorte del 5 por ciento impuesto por el Gobierno a los funcionarios. Algo que hace que los retirados cobren más que quienes siguen trabajando. «Estamos buscando un mecanismo para resolverlo, porque esas jubilaciones no se podían tocar; la gerencia tiene que aplicar el decreto», apunta González.

El vicerrector reitera que, quienes solicitan la jubilación voluntaria con incentivos, «deben ser conscientes de que, con la jubilación, termina su relación con la Universidad». Entre los retirados en 2010 destacan nombres muy conocidos en la institución académica, como la catedrática de Fisiología Ángeles Menéndez Patterson, especialista en nutrición; o profesores cuyas investigaciones han trascendido más allá del ámbito universitario, como el catedrático de Ecología Ricardo Anadón. La Universidad pierde con ellos algunos de sus pilares, aunque el responsable de Profesorado está seguro de que «los buenos maestros dejan discípulos, y su máximo orgullo es que sean mejores que ellos».

«Esta casa no depende de personas concretas, porque nadie es insustituible, de ahí la importancia de establecer equipos de trabajo», apunta González. El año que acaba de comenzar será el último en que se aplique el acuerdo de jubilaciones voluntarias vigente desde 2009. Según el vicerrectorado, el período de solicitud de jubilación voluntaria para 2011 se abrirá «entre finales de febrero y principios de marzo». Otros de los objetivos del proceso, además del «rejuvenecimiento», serían «equilibrar el profesorado entre las áreas, estabilizar la plantilla y promocionar a titulares y catedráticos».

El acuerdo que regula el retiro voluntario contempla las jubilaciones incentivadas a partir de los 60 años, acreditando al menos 30 años de servicios efectivos al Estado. A partir de los 65, los años de servicio que se exigen para jubilarse se reducen a 15. De las 65 solicitudes registradas en 2010, once no cumplían estos requisitos. Los incentivos dejan de cobrarse a los 70 años, edad de jubilación «forzosa» en la Universidad. Según los datos del mismo vicerrectorado, a esa edad se jubilaron en 2010 catorce profesores: ocho catedráticos, tres titulares de Universidad, un catedrático de Escuela Universitaria y dos titulares de Escuela Universitaria.