D. O.

El concejal y secretario general de los socialistas ovetenses, Alfredo Carreño, se mostró ayer escandalizado por que «la ciudadanía de Oviedo y los agentes de nuestra Policía Local se conviertan en rehenes de las batallitas de partido del alcalde, Gabino de Lorenzo, y de los intereses del Partido Popular». A los ovetenses «nos importan un "bledo"», prosiguió Carreño, «las razones del enfrentamiento entre Agustín de Luis, jefe de la Policía Local, y De Lorenzo», pero, advirtió «no estamos dispuestos a permitir que semejante cuestión, repercuta en la seguridad de la ciudadanía y en la convivencia dentro de la propia Policía Local».

Ante esta situación, el Grupo municipal Socialista en el Ayuntamiento de Oviedo pidió ayer la comparecencia de la concejala de Seguridad Ciudadana, Conchita García, en sesión extraordinaria y urgente de la Comisión Plenaria de Economía e Interior, a fin de que «explique detalladamente la situación "caótica" en la que se encuentra inmersa la Policía Local de Oviedo y lo que piensa hacer al respecto el Alcalde de la ciudad, que es quien ostenta por ley la competencia en la jefatura de la Policía Local».

El líder socialista entiende que a las denuncias de los propios agentes de la Policía Local sobre cambios de turno imprevistos y represalias laborales hay que unir el desmantelamiento en la práctica de la unidad de violencia de género, que hace unos años era considerada en toda Asturias como un referente en el trabajo y la coordinación de este tipo de actuaciones, y, sobre todo, la desaparición de agentes de la práctica totalidad de los barrios. «Efectivamente, en los barrios de Oviedo es un clamor que la Policía Local no está ya en ningún lugar en que se la necesita y que la grúa municipal es prácticamente el único servicio que puede verse con frecuencia en las calles», denuncia Carreño. El socialista coincide así con la apreciación del sindicato SIPLA que mantiene que en la Jefatura sólo se da prioridad al servicio de grúa, en detrimento de otros departamentos.

Para Carreño, el alcalde de Oviedo «es responsable directo por acción, omisión y desidia de esta situación», ya que, «frente a toda lógica, designó como responsable de la Policía Local a un ex asesor personal que ya había fracasado anteriormente en la misma responsabilidad; miró para otro lado cuando se denunciaron situaciones graves en el seno del cuerpo e incumplió sus promesas electorales de incorporar 40 efectivos más a la Policía».