El domingo es el día elegido por la Iglesia católica para rendir culto al Señor. Por eso los fieles del barrio ovetense de la Tenderina abarrotaban ayer el templo de San Francisco Javier, en la avenida de Torrelavega, durante la última misa de la mañana. Poco después de la una del mediodía, las puertas del templo se abrían. El párroco, Alberto Reigada, despedía uno a uno a los vecinos. Y en la explanada frente a la iglesia, casi un único tema de conversación: la paralización por falta de liquidez del proyecto con el que el Arzobispado pretendía ampliar la iglesia, y la propuesta del Ayuntamiento de reparar la fachada, muy deteriorada, con fondos municipales. «El Alcalde nos lo prometió en la última visita al barrio; si unos no pueden, tendrán que ser otros», reflexionaba Elena González. Ernesto Sanz, en nombre de un grupo de parroquianos, reclamaba un «esfuerzo institucional» capaz de mejorar «la fachada y los accesos» del templo, «lo mínimo imprescindible».

Durante los últimos días, la decisión del Arzobispado de «reducir al máximo» el número de obras a realizar este año y la posterior intervención del Ayuntamiento -con el portavoz de Ciudadanos en contra, al considerar «ilegal» que la reparación de un patrimonio privado se pague con dinero público- han tenido a los vecinos de la Tenderina «en un sin vivir» , según reconoce Estela López. «Llevamos esperando mucho tiempo; las obras se nos anunciaron en 2008 y desde entonces llevamos soñando con una iglesia nueva, aunque últimamente no nos dan más que disgustos». Aún bajo el Arzobispado de Carlos Osoro, las obras en San Francisco Javier contaban con un presupuesto estimado en 900.000 euros, y un proyecto del arquitecto Felipe Díaz-Miranda que, como subrayó el párroco hace unos días, incluye «una nueva capilla, un columbario, locales y un acceso mejor que el actual».

Solucionar el problema de los accesos a la iglesia es, según Óscar García, prioritario. «El exterior está mal, la gente se cae y todos sabemos que sí hay dinero para cosas inútiles que no vamos a nombrar». A su lado, Elena González apunta que los fieles de San Francisco Javier «no pedimos lujos». «La obra es una necesidad, es vergonzoso ver cómo está la iglesia». Los desconchones en todas las paredes del templo, el mal estado de la pintura, la maleza que invade la parcela del templo y las manchas de humedad forman parte del paisaje al que, en contra de su voluntad, los vecinos de la Tenderina han tenido que acostumbrarse. A cambio, como explica otro de los fieles, el trabajo del párroco y de los jóvenes del barrio «se multiplica». En parte, a través de la Hermandad de los Estudiantes, que el Domingo de Ramos lleva, a costal, la imagen del Cristo de la Misericordia desde la Tenderina al casco histórico de la ciudad. El segundo paso de la cofradía, una talla de Jesús de la Sentencia que procesiona en la madrugada del Jueves al Viernes Santo, observaba ayer a los fieles desde el lado del Evangelio en la iglesia.

Por el momento, y hasta que el Arzobispado cambie de idea en lo que a inversiones se refiere, los fieles de la Tenderina esperan que la última oferta del Ayuntamiento se haga realidad. El pasado viernes, el Consistorio anunciaba que las obras de reparación de las fachadas, presupuestadas en 36.837 euros, se costearían con fondos municipales. Para lograrlo, el Ayuntamiento tendrá que cambiar el plan de inversiones para 2011, de forma que los trabajos comiencen «de forma inmediata».

Según el portavoz de la Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda (ASCIZ), Roberto Sánchez Ramos, la iglesia de la Tenderina pertenece «al Estado del Vaticano», de ahí su oposición a que las obras se financien con fondos del Ayuntamiento. Pero los fieles que ayer llenaban el templo -que desde hace décadas ocupa el edificio del cine del barrio- «somos ovetenses, por eso pedimos que sea nuestra diócesis o nuestro Ayuntamiento quienes nos ayuden», apuntaba ayer Pilar Álvarez.

Para 2011, el Arzobispado de Jesús Sanz Montes -según se afirma en «Esta Hora», publicación editada por la diócesis asturiana a través de su oficina de medios de comunicación social- sólo se plantea ejecutar las obras que se consideren urgentes, con un presupuesto para inversiones de 300.000 euros. «Nuestra iglesia está fatal, sobre todo los accesos, pero con la crisis económica que hay, entendemos que el Arzobispado dedique sus fondos a mantener obras sociales», reconocía ayer Julia Expósito tras la última misa de la mañana en San Francisco Javier. «Seguiremos ahorrando para el nuevo templo y vendiendo lotería, es la forma que tenemos de financiarnos», añade.

«Es comprensible que el dinero se destine a obras sociales. Habrá que seguir ahorrando»