D. ORIHUELA

Un joven de 19 años, que responde a las iniciales G. M., permanecía ayer en estado grave e ingresado en la unidad de vigilancia intensiva del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) tras sufrir policontusiones y un traumatismo craneal al precipitarse desde el segundo piso del pub Salsipuedes, en el Oviedo antiguo, en la calle Ildefonso Martínez.

El joven fue atendido alrededor de las cuatro de la madrugada por los servicios de emergencia que acudieron al lugar del suceso, y al filo de las cinco ingresó en estado grave en el servicio de urgencias del Hospital. En principio las lesiones sufridas no hacen tener por su vida, ya que no presentaba daños graves ni fracturas. Su ingreso en la uvi es una medida habitual cuando hay un traumatismo craneal, ya que se opta por mantener al herido unas horas en observación.

La caída se produjo desde más de cinco metros de altura, cuando el herido se precipitó desde el piso intermedio de las tres alturas que tiene el local.

No es la primera ocasión en que el bar es escenario de accidentes de este tipo. La madrugada del 16 de enero de 2009, también jueves, Luis Simón Olay, un joven de 24 años, perdió la vida al caer desde el tercer piso. Eran las tres y media de la madrugada y la víctima se asomó a la barandilla para avisar a sus amigos de que la parte de arriba del local estaba abierta. Cayó por el hueco que comunica todas las estancias del local y perdió la vida. Los sanitarios que acudieron al lugar aquella noche intentaron reanimarlo, pero no pudieron más que certificar la muerte del joven, que trabajaba como camarero en Noreña.

Un año antes, el 2 de marzo de 2008, la tragedia la vivió otro joven, Samuel Álvarez, que entonces tenía 26 años. Él pudo contarlo, pero le costó más de un año recuperarse de las heridas. Samuel se precipitó desde el segundo piso, lo mismo que le ocurrió al último accidentado, y se rompió dos vértebras, la muñeca y dos costillas. Le tuvieron que reconstruir la espalda y un año después de su accidente, coincidiendo con la trágica muerte de Luis Simón Olay, aseguraba que aquella noche volvió a nacer. El joven caminaba por una pasarela entre dos estancias del local; al apartarse para dejar pasar a otras personas, quiso apoyarse en la barandilla pero lo hizo en falso, su mano no encontró apoyo y cayó al vacío.

El Salsipuedes tiene tres pisos y un hueco central por el que se pueden ver las distintas salas. En cada planta, y en las escaleras, se han colocado barandillas de un metro y diez centímetros de altura, lo que marca la ley. El local cuenta con todas las licencias requeridas por el Ayuntamiento. En concreto, dispone de tres licencias: de restaurante, de local de música amplificada y de sala de fiestas. Este último permiso es el que precisamente convierte al bar en uno de los más conocidos de la noche ovetense. Cuando el resto de locales, los que tienen licencia de música amplificada, tienen que cerrar a las cinco y media de la mañana, el Salsipuedes puede permanecer abierto por ser una discoteca.

Samuel Álvarez pensó en denunciar al local, pero no pudo hacer nada, según le informó un abogado, porque el Salsipuedes realiza toda su actividad en regla.