Alcalde de Oviedo

Suso CUARTAS / Chus NEIRA

Gabino de Lorenzo Ferrera cumple mañana 68 años dispuesto a iniciar la que será su séptima campaña como candidato del PP a la Alcaldía de Oviedo tras dos décadas al frente del Ayuntamiento. Cuerda y ganas, insiste en esta entrevista con LA NUEVA ESPAÑA, le sobran, por más que vea acosado en los tribunales su proyecto estrella para la ciudad, el aparcamiento de Uría, fruto del acuerdo sobre «Villa Magdalena», y a pesar del incierto efecto en el electorado de una posible candidatura casquista en la capital del Principado.

-¿Veinte años como alcalde no son ya suficientes?

-La letra del tango dice que 20 años no son nada. Depende de la salud, de la ilusión y de las ganas. Tres ingredientes que tengo sobrados. Reivindico la madurez biológica y la experiencia en la política. A medida que pasan los años se es más reflexivo, menos impulsivo y se cometen menos errores, sin que la fuerza creativa se pierda para sacar adelante proyectos.

-Defiende la madurez en la política, pero Francisco Álvarez-Cascos pasó de «galáctico» a «sexagenario».

-El PP ha tomado una decisión de éxito: renovar en aquellos sitios en los que el líder daba paso a otra persona. Y se optó por saltar una generación. Es el ejemplo de Feijóo en Galicia, Basagoiti en el País Vasco o de Alicia Sánchez Camacho en Cataluña. A nivel orgánico, Cospedal y Soraya. Llamar sexagenario a una persona que tiene esa edad no es un insulto, y no tuve ningún ánimo de molestar. La renovación no pasa por un sexagenario.

-¿Y por qué sigue usted?

-Porque el Partido entiende que he rendido en mi puesto y gano elecciones. Otra cuestión es cuando haya que cambiar. Si ponen a uno de mi edad no sería renovación.

-... Pero sí hubo un momento en que a Cascos se le quería, o así se decía, como candidato.

-Las luces políticas de Cascos nunca las negaré. Tampoco sus sombras. Si Cascos hubiera ido por el camino normal, que es decir «quiero ser candidato», y decirlo a los responsables del partido, en Madrid y en Asturias, no hubiese tenido problemas.

-¿Qué sombras tiene Cascos?

-Su personalidad me resulta difícil. Lo conozco desde hace 25 años y nunca estuve relajado a su lado, y así es muy difícil hacer equipo.

-¿Tiene temor al efecto electoral de Foro Asturias?

-Cascos es una piedra que nos ha entrado en el zapato. No sólo al PP, también el PSOE, pero no tiene recorrido político. El efecto en Oviedo, irrelevante. Hay lugares de Asturias donde Cascos ha ido con un goteo constante buscando a personas con responsabilidades institucionales, pero cuando la gente medite se dará cuenta de que si se quiere quitar al PSOE del Gobierno de Asturias hay que votar el PP, y si no, que no se queje nadie después. Recapacitarán de aquí al 22 de mayo. Me sorprende que Cascos venga de centrista, reformista y asturianista, y más verlo hablando en bable. Detrás de eso no hay nada, hay personalismo y aquello que tanto criticaba el propio Cascos del «fulanismo». Si hasta las siglas del partido, FAC, son su nombre y apellidos

-Muchos cargos y militantes del PP están dejando el partido.

-Algunos eran un auténtico lastre, y dondequiera que vayan perderá votos esa fuerza política. Otros estaban desahuciados políticamente, y se agarran a lo que sea. Y otros habrán ido de buena fe; pero lo importante es que el PSOE ha terminado su ciclo en Asturias y es la hora del cambio, del PP. Meter un cuerpo extraño en esta marea creciente sería un obstáculo para un Gobierno en Asturias que traiga la esperanza, la ilusión y la creación de empleo, que es el gran objetivo del PP. No se debería fragmentar nuestro sector político. No hay más que recordar las tristes consecuencias que trajo, y a causa del mismo caballero, la ruptura del PP y la aparición de URAS.

-¿La experiencia con José Suárez Arias-Cachero, «Felechosa», y Carmen Manjón le hará más precavido a la hora de elaborar la lista electoral?

-Felechosa es un pueblo precioso del concejo de Aller. Pido disculpas a los ovetenses por haber metido en la lista a Arias-Cachero. Lamentablemente, a la falta de competencia a veces se une la deslealtad política. La lista se renovará, pero en su justa medida.