Elena VÉLEZ

El gran eje comercial del centro de Oviedo es también el espacio preferido por los ladrones. La calle Doctor Casal, que une Uría y Nueve de Mayo y con ello dos grandes centros comerciales, es una de las vías más transitadas de España, y escenario de robos diarios. De un extremo a otro de la calle hay cafeterías, tiendas de ropa, complementos y una librería, con un flujo constante de gente. Una patrulla de la Policía Local hace guardia mañana y tarde en la confluencia con Melquíades Álvarez, y actúa de inmediato ante las frecuentes llamadas de socorro de comerciantes y peatones. Policía Local y Nacional trabajan a la vez cuando reciben avisos simultáneos, y consideran la calle como el mayor «punto negro» de los robos de Oviedo.

Los delitos más habituales son los hurtos de ropa y bolsos por diferentes medios: desde tirones a los viandantes hasta forrar bolsos o abrigos con papel de plata para que no salten las alarmas, un método conocido como «pantallazo».

La conexión de Doctor Casal con la zona alta de la ciudad a través del cruce de Uría y Gil de Jaz y, en sentido contrario, con Melquíades Álvarez y Nueve de Mayo, facilitan una escapatoria rápida a pie.

Cristina Martín, camarera de una cafetería, asegura que es frecuente ver ladrones corriendo: «Una vez a la semana veo una persecución desde la barra. Siempre lo mismo: una persona huye de la Policía y las víctimas detrás gritando. Es muy desagradable». En los bares, los cacos aprovechan para dejar las carteras robadas. Martín dice que «en el falso techo del baño han aparecido un montón de billeteros vacíos o con la documentación». Unos metros más abajo, la dependienta de una tienda de ropa juvenil, Raquel Recio, está acostumbrada a los hurtos: «Roba quien menos te lo esperas. He visto a madres robar para sus hijas».