E. F.-P.

La jornada «La inclusión de la bicicleta en la movilidad urbana y universitaria», celebrada ayer por la tarde en el Aula Magna del Edificio Histórico de la Universidad, permitió a sus participantes esbozar sus particulares visiones de cómo ha de ser Oviedo en el futuro. Así, la concejala de Seguridad Ciudadana, Conchita García, opinó que «no es bueno que en las ciudades haya demasiados coches: las vuelven menos accesibles y menos atractivas». García es taxativa y considera «inviable» la apertura de carriles exclusivamente para las bicicletas.

La jefa provincial de tráfico, Raquel Casado, centró su discurso en «la necesidad de arbitrar una regulación específica para la bicicleta», y señaló que después de haber reducido el número de accidentes de tráfico en carretera «nos toca trabajar en el ámbito urbano».

Ambas, García y Casado, intervinieron en la inauguración de las jornadas, acompañadas por la vicerrectora de Estudiantes y Empleo, Susana López Ares.

La primera mesa redonda de la tarde contó con la participación, además, del intendente de la Policía Local, Manuel Antonio Secades, y del director de área de Mantenimiento y Sostenibilidad de la Universidad, José Manuel Cano. Reconoció éste que en los campus universitarios asturianos no existen restricciones de velocidad y adquirió el compromiso, en nombre del equipo de gobierno de la institución, de reducir a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima antes de que acabe este año.

Raimundo García, representante de la Oficina de Movilidad de la Policía Local, dedicó su tiempo a desmontar algunos prejuicios sobre el uso de la bicicleta en Oviedo. Contra el argumento de las dificultades orográficas y las muchas pendientes que hay que salvar, argumentó que la bicicleta eléctrica tiene potencia suficiente para hacer frente a una inclinación de hasta el 12 por ciento; a quienes plantean las incomodidades de la meteorología les puso de ejemplo ciudades como Ámsterdam o Estrasburgo, en las que el 20 por ciento de los desplazamientos internos se hace en bicicleta a pesar del frío y la lluvia; a los que se quejan de que la bicicleta es lenta les demostró, con mediciones realizadas por él mismo, que para recorrer entre cinco y siete kilómetros es más eficaz que un automóvil. «La velocidad real de los automóviles, contando con los semáforos, está entre 15 y 25 kilómetros por hora», dijo.