«La Corredoria necesita espacios para aparcar», sostienen los directivos de la Asociación de Comerciantes del barrio, inmerso desde hace unas semanas en la polémica sobre la utilidad de un carril bici en esa zona. También hacen falta aceras para caminar sin estrecheces y por las que pasear con el cochecito del bebé o con el carrito de la compra. Eso es imposible en varios puntos del vial que atraviesa la plaza de Cuatro Caños, sin ir más lejos en las inmediaciones de la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Por ambas razones, por las dificultades para estacionar y para transitar por las aceras con comodidad, los comerciantes de La Corredoria se niegan a ceder metros de vial para uso exclusivo de los ciclistas.

«Los respetamos mucho, a ellos y a todos los que hacen deporte», subraya la vicepresidenta de los comerciantes, Charo Álvarez. Ella, al igual que su presidente y su tesorero, Jorge Álvarez y Ángel Álvarez, se indigna cuando Asturies Conbici, colectivo empeñado en habilitar un carril bici en el barrio, atribuye a la presión de algunos empresarios que el Ayuntamiento haya cancelado su ejecución. La Asociación de Comerciantes de La Corredoria representa, subrayan, a más de cincuenta establecimientos y dicen que los ciclistas nunca se han tomado la molestia de consultarles el asunto. Critican que mantengan como único interlocutor a la Asociación de Vecinos «El Conceyín», cuando en el barrio hay otra agrupación, la «San Juan», y una junta vecinal.

«No nos parece lógico que con toda la población que hay en La Corredoria se reserve un carril a un número reducido de usuarios, que lo van a utilizar de vez en cuando», sostiene Ángel Álvarez. Los comerciantes apuestan por la «zona 30», la solución adoptada ahora. Opinan que es la idónea. «Es bueno para las bicis y deja algo de aparcamiento y más aceras».