Elena VÉLEZ

Cuando Alfredo Rodríguez, policía local del departamento de Educación Vial, pregunta a los niños del Colegio Público de Fozaneldi si conocen la diferencia entre andar y conducir una bicicleta, la respuesta unánime es una gran boca abierta. «Tienen que aprender a moverse por la ciudad y conocer las reglas fundamentales de tráfico», explica Rodríguez.

El Colegio Fozaneldi organiza a lo largo de esta semana varias actividades relacionadas con el «Día internacional de la salud», que se celebra mañana, bajo el lema «Movilidad sostenible: Oviedo 30», dirigido a alumnos de Educación Infantil y Primaria. El patio de recreo se ha transformado en un improvisado circuito para bicicletas y monopatines, con conos, señales de tráfico y hasta carriles. El policía Rodríguez es el encargado de guiarles durante el recorrido de habilidad, además de enseñarles algunos conocimientos teóricos: «Es curioso pero, aunque son niños, no se les da muy bien montar en bicicleta. Algunos no se atreven a soltar una mano del manillar, lo que es muy importante a la hora de señalizar la dirección a la que se quiere ir. Aquí aprenden a circular en una rotonda, hacer una adelantamiento, respetar un paso de peatones o cambiar de sentido correctamente», enumera el agente. Una de las normas que los niños se saltan con más facilidad es la obediencia a los agentes de seguridad. «Alfredo, ahora me toca a mí el patinete», dice uno de los niños de Primaria.

«El respeto a la Policía es fundamental, pero se trata de hacer este taller lo más pedagógico posible y que comprendan lo que quiere decir movilidad sostenible», comenta Rodríguez. Este tipo de movilidad busca conseguir un uso racional de los medios de transporte en las ciudades para reducir el número de vehículos en las vías y bajar los niveles de contaminación.

Según Rodríguez, «la mayor parte de los niños están acostumbrados a ver cómo sus padres utilizan el coche para todo y nosotros queremos que vean la bicicleta como una alternativa real, sobre todo para pequeñas distancias».

La solidaridad en la carretera también es importante y una de las formas de inculcársela a los más pequeños es a través del material que se usa en el taller de conducción. «Tanto las bicicletas como los monopatines pertenecen a los niños y así no sólo se las pasan unos a otros, también aprenden a cuidar los vehículos», dice Rodríguez.

Hoy el taller vial se celebra de 10.30 a 12 de la mañana.