E. F.-P.

El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo Luis Jiménez Treviño está al frente de una investigación sobre el consumo de heroína, en la que hace un seguimiento de los primeros pacientes que pasaron por la unidad de tratamiento de toxicomanías del HUCA. Las conclusiones son demoledoras: sólo 106 de las 214 personas con las que empezó el estudio siguen vivas 25 años después. Eso significa que casi la mitad está muerta. «La primera causa de muerte es el sida», indica. Le siguen la hepatitis B y la cirrosis. En los estudios a corto plazo, de uno a cinco años, la mayoría de las muertes se debe a sobredosis. Entre los supervivientes, el panorama tampoco es muy alentador. El 50% está infectado de VIH, el 80% tiene hepatitis B, el 22% sigue consumiendo y el 40% sigue en terapia con metadona.

Hay diferencias de género. «Las mujeres tienen menor gravedad de consumo, pero el impacto sobre su salud es mucho mayor, aunque su rehabilitación es mejor», sostiene el profesor Treviño.

Los heroinómanos que participaron en este estudio, financiado por el plan nacional de investigación, llevaban una media de siete años enganchados y no era la primera vez que intentaban superar la adicción. «La historia de la heroína es la historia de las recaídas», comenta el autor del informe. «En los noventa la heroína era imprevisible, ahora se ha perdido la percepción de riesgo y parece que hay un repunte en el consumo».