Nuria Chinchilla, nacida en Barcelona, profesora del IESE Business School y directora del Centro Internacional Trabajo y Familia, es la prologuista del libro «Kike Gómez Haces. La fuerza del nosotras», sobre la fundadora de la Asociación Empresa Mujer (Asem), fallecida el 21 de abril de 2010, que se presenta mañana, a las siete y media de la tarde, en el Colegio de Médicos de Oviedo. A las siete menos cuarto se celebrará una misa en la iglesia del Corazón de María.

-Jeffrey Pfeffer, de la Universidad de Stanford, escribió un caso titulado «Nuria Chinchilla, el poder de cambiar las empresas», para impartirlo en su curso Power & Influence. ¿El mundo laboral permite llevar una vida familiar?

-Defiendo la necesidad de integrar las diferentes facetas, teniendo claro que la vida es una y no tres.

-¿Entonces las «superwoman» ya no están de moda?

-No hay por qué ser «superwoman». Es importante que cada uno descubra su misión personal para, a partir de ese punto, moverse en los distintos ámbitos, dando a cada uno su importancia. No se es más productivo por quedarse el último en la oficina. Además, hay épocas en la vida en las que quieres dedicar más tiempo a la familia. Ser madre es el trabajo más importante que se puede realizar por la sociedad.

-La teoría está clara, luego el día a día es otra cosa...

-Para llevar una vida equilibrada es necesario saber lo que es delegable, y la relación con el marido y los hijos no puede traspasarse a otros. Por eso es importante llegar a casa en condiciones de hacer vida.

-¿La crisis genera más tensión en la oficina?

-Hay que saber negociar, una cosa que nos cuesta muchísimo trabajo a las mujeres. Pensamos que no somos suficientemente buenas. No se puede ir de víctima por la vida. Animo a poner por delante las prioridades y si no es posible un acuerdo, habrá que cambiar de trabajo.

-Prologa el libro dedicado a Kike Gómez Haces que se presenta mañana. ¿Qué ejemplo extrae de su vida?

-Kike era un ser excepcional que se marcó el objetivo de unir a las empresarias para realzar su carácter femenino, y lo consiguió. Siempre estaba alegre. A mí, que no salgo de Barcelona si no me pagan bien -no tengo tiempo-, me convencía para venir a Oviedo a dar conferencias, sin cobrar, y siempre me mereció la pena. Aquí encontré un ambiente sano, proactivo. Asem tenía una líder que era Kike que animaba a emprender, no quedarse con el victimismo.

-¿Tuvo relación con ella durante el duro tratamiento del tumor cerebral que le causó la muerte?

-La llamaba y le preguntaba cómo estaba y siempre era alegría. Jamás me explicó nada sobre su enfermedad, me preguntaba ella más a mí por todas mis cosas. Se daba totalmente a los demás.

-Kike era empresaria, usted enseña a los empresarios. ¿El sistema liberal seguirá creando riqueza en el futuro?

-Unos cuantos necios en la cúpula del poder financiero y en las agencias de rating han engañado a todo el mundo. Los sistemas tienen que tener límites para que los que lo hacen mal se vayan a la cárcel. Pero el control no debe ser sólo externo. Hace falta ética. Si la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, el liberalismo es el menos pernicioso en economía.

-¿La política en España es la dictadura de la mayoría?

-Como presidenta de Acción por la Democracia considero que hay que cambiar la ley Electoral para elegir directamente a nuestros representantes. Sería un buen punto de partida.