Elena FERNÁNDEZ-PELLO

«El tabaco es una droga muy potente, tarda siete minutos en llegar al cerebro, y de ninguna se toman tantas dosis a lo largo de la vida», advierte la enfermera Aurora Alonso, que trabaja en la unidad de deshabituación tabáquica del centro de salud de Ventanielles, y por si lo anterior fuera poco, añadió que «en los cigarrillos hay más de 4.500 sustancias tóxicas», muchas de ellas, cancerígenas. Sin embargo, el consumo se ha estabilizado, y la ley antitabaco se incumple: el Principado tiene abiertos 51 procedimientos sancionadores por infringirla, según datos de la Consejería de Salud y Servicios Sanitarios.

Aurora Alonso intervino en la mesa redonda sobre tabaquismo organizada ayer por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en colaboración con el plan municipal de drogas del Ayuntamiento de Oviedo. Su representante, Carmen Alonso, se refirió a la adicción a la nicotina como «uno de los mayores problemas de salud pública» y alertó sobre la temprana edad de inicio en el consumo de tabaco, que fijó en los 13 años.

En Asturias, según los datos que aportó Aurora Alonso, más de 246.000 personas fuman, y una de cada tres, apostilló, lo quiere dejar. «El consumo de tabaco se ha estabilizado en unas cifras que la sociedad asturiana no debería tolerar: todavía un tercio de la población fuma a diario, y un tercio es mucha gente», opinó José Ramón Hevia, que intervino en representación de la Consejería de Salud y Servicios Sanitarios del Principado, basándose en las conclusiones de una encuesta del plan nacional de drogas.