Álvaro LÓPEZ SERRANO

El sentimiento es prácticamente unánime. La decisión del Ayuntamiento de Oviedo de reducir los servicios de autobús durante el fin de semana, que entrará en vigor a partir del próximo sábado, ha provocado un estupor que roza la indignación entre muchos de los usuarios del transporte público ovetense. No entienden que se busque el ahorro a través de la reducción de un servicio que consideran «muy necesario». El PP justifica el recorte en la necesidad de ahorrar costes y en la escasez de viajeros en numerosas líneas los fines de semana, y estima que el ahorro alcanzará el medio millón de euros.

Belén Álvarez lleva utilizando el autobús durante más de veinte años. Su trabajo en el Hospital no entiende de días laborables. Para ella, es igual «un sábado que un miércoles». «Me parece fatal. Se nota que los que toman este tipo de decisiones no utilizan el autobús», declaró indignada. Álvarez cuestiona los razonamientos que esgrimen desde el Consistorio. «La línea que más suelo utilizar, la L-2, va siempre llena, sea martes, viernes o domingo», y aseguró que lo importante es «mejorar el servicio, no reducirlo».

Su coche está en el taller y el autobús es su herramienta diaria más preciada en la actualidad. Para Ángeles Álvarez, el servicio de autobús urbano «deja mucho que desear». Su horario laboral no le permite salir hasta las diez de la noche y por ello denuncia que, en ocasiones, «no gano para taxis. Me afectará mucho», recalca.

Madrileña pero afincada en Oviedo desde hace más de diez años, Carmen Navarro rechaza que los autobuses vayan vacíos los fines de semana. «Vamos a tope. La gente lo utiliza mucho», afirma. Su domicilio, situado en la calle de la Argañosa, sólo le posibilita la utilización de una única línea de autobús, la L-5. «Que nos pongan más paradas. La frecuencia es muy baja y en ocasiones llego tarde al trabajo», denuncia.

Los pensionistas también se sienten perjudicados. Mario Quirós es uno de ellos. Sentado en una marquesina de la calle Uría, asegura estar «cansado de esperar». Usuario de la L-1, afirma que la tardanza del autobús los sábados «es muy grande». Por ello, rechaza enérgicamente la decisión del Ayuntamiento: «Si los sábados tardan demasiado en recogernos, no me imagino a partir de ahora», expresa.

Sin embargo, siempre existen excepciones que confirman la regla. Gustavo Díaz ve lógico una reducción de servicios «si los usuarios no utilizan el autobús». Díaz relacionó la actual situación de crisis con la medida tomada por el Consistorio, al afirmar que «es necesario recortar por donde se pueda», dice.

Enrique Delgado, trubieco y usuario de la línea 4, también ve lógica una restricción de servicios de autobuses «si realmente el ahorro va a hacerse efectivo». Delgado sólo ve lógica la medida adoptada por el gobierno municipal «si también implica una reducción de conductores», finalizó.

«Si el ahorro es real, veo lógico que reduzcan las frecuencias»

<Enrique Delgado >

Usuario de las L-4 y L-9

«Utilizo con mucha frecuencia el autobús y no es verdad que vayan vacíos»

<Carmen Navarro >

Usuaria de la L-5

«Me parece fatal. Lo importante es mejorar el servicio, no reducirlo»

<Belén Álvarez >

Usuaria de las L-12, L-2 y L-4

«Si en verano los usuarios no utilizan el autobús y se puede ahorrar, mejor»

<Gustavo Díaz >

Usuario de la L-2

«Trabajo muchos fines de semana y me afectará. No me parece normal»

<Ángeles Álvarez >

Usuaria de las L-3 y L-4

«Soy pensionista y utilizo mucho el autobús los sábados. Me perjudicarán»

<Mario Quirós >

Usuario de la L-1