E. F.-P.

Daniel López ofrece una batería de consejos y buenos hábitos para evitar el síndrome posvacacional:

l Evitar la queja permanente.

l Un par de días antes de la reincorporación al trabajo regular los horarios y el reloj biológico.

l No entender los períodos de trabajo y vacaciones como algo antagónico, esto es, pensar que las vacaciones son un período de placer y que el trabajo es un período de sufrimiento.

l Realizar actividades gratificantes los días laborales. El verano aún no ha terminado y todavía se puede disfrutar de una cerveza o una botella de sidra en las terrazas de la ciudad.

l Afrontar la vuelta como una nueva etapa, con nuevos retos.

l Si es posible, los primeros días es mejor posponer las decisiones laborales importantes.

l Ser conscientes, sobre todo, de lo afortunados que somos de tener un puesto de trabajo esperándonos en este período de crisis.

El psicólogo desaconseja combatir el síndrome posvacacional con la medicación. «Otra cosa es que enmascare situaciones de "burn out", "mobbing", ansiedad o depresión», objeta. En ese caso, recomienda acudir a un especialista que valore la intensidad o magnitud de dicha patología.