E. V.

La hermana Amparo Fernández, de la congregación de Santo Ángel, es la impulsora en la Tenderina de la «telecomunión» o, lo que es lo mismo, de llevar la forma consagrada a domicilio.

Una veintena de personas enfermas o con algún tipo de discapacidad se beneficia de este novedoso servicio de comunión. Según Fernández, «lo fundamental es llevar el testimonio de cercanía tanto a los enfermos como a sus familias, y así demostrar que la Iglesia acoge en su seno a todo aquel que la reclama». En la actualidad catorce personas realizan los domingos el servicio de «telecomunión», y forman el grupo parroquial de la pastoral de enfermos. Junto a esta labor dominical, el grupo acude dos veces al año a varias residencias geriátricas de la ciudad. La iniciativa de sacar el sacramento de la comunión de la iglesia partió de Fernández en 1990, y con el paso del tiempo el número de voluntarios de la actividad ha ido en aumento. «La organización es fundamental para que esta labor salga adelante, y por eso los miembros del grupo se dividen en parejas para encargarse de diferentes sectores del barrio».

Para poder llevar a cabo esta actividad, todos los integrantes del grupo recibieron un permiso del Arzobispado de Oviedo que los acreditó como «ministros de la comunión», y les permite realizar, en nombre de la Iglesia, visitas periódicas a los hogares de los feligreses que lo soliciten.

En época de Adviento y Cuaresma es el propio párroco, Alberto Reigada, quien ofrece a los enfermos los sacramentos de la confesión y la comunión a domicilio.