Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Las obras de renovación de los servicios de abastecimiento y saneamiento en San Claudio estarán terminadas a mediados de septiembre, según las estimaciones municipales. Los trabajos se extienden a lo largo de la calle Rivero, por el tramo que va desde la plaza de San Roque a la curva de la estación y consisten, básicamente, en la colocación de un nuevo colector, una tubería de abastecimiento, la mejora en la canalización de los servicios de gas, electricidad, telefonía y cableado, la reposición de los pavimentos y la instalación de farolas. En la ejecución de estas obras, adjudicadas a la empresa Contratas Mecuma, el Ayuntamiento ha invertido medio millón de euros.

A lo largo de estos dos últimos meses, los operarios han instalado 517 metros de colector general de saneamiento, así como 300 metros de tubería en ramales y acometidas de saneamiento, con sesenta conexiones al colector general. Se han habilitado cincuenta pozos de registro y se han renovado los cuarenta sumideros de la calle. Por otro lado, se colocaron 600 metros de tubería de abastecimiento general, 500 de nuevas acometidas y conexiones de ramales.

Una vez concluidos los trabajos bajo el suelo, la empresa adjudicataria del proyecto procederá a repavimentar cinco kilómetros de calzada y repondrá cerca de tres kilómetros de aceras, en baldosa tipo «Oviedo». Además, se levantarán y renovarán 1,2 kilómetros de bordillo.

Todo ello se rematará con un total de 26 farolas tipo «Oviedo», de ocho metros y medio de altura.

La decisión de renovar la red de abastecimiento y el saneamiento en esa zona de San Claudio fue tomada por el Ayuntamiento en vista de las frecuentes roturas del colector, que era de hormigón y tenía un diámetro muy inferior al nuevo. Aquel colector, «ya antiguo y en un deficiente estado estructural y funcional», según verificaron los técnicos municipales, no servía para «transportar los caudales que le llegan de su zona de recogida de aguas residuales y pluviales, dado su precario estado y deficiente diámetro». La situación iba a empeorar, reconocían en sus informes, cuando se incorporaran los caudales de las nuevas urbanizaciones que está previsto construir en la zona.

En cuanto a las tuberías de abastecimiento también eran «antiguas y discurren bajo la calzada, lo que unido al intenso y pesado tráfico que soporta el vial, hace que se produzcan numerosas averías que implican el corte de suministro de agua a los vecinos residentes en su amplia zona de distribución».