Lucía GAYO

«Abre tu corazón y tus ojos, un poeta te está buscando. / ...Pasen, señores». Con estos versos finaliza el primer poema que se encuentra a las puertas de la Casa del Verso y con el que Juan Gutiérrez recibe en su domicilio a todos aquellos apasionados, como él, de la poesía, a la que ha dado refugio en La Manjoya.

«Soy apasionado a leer poesía; es más, soy un aprendiz de lector de poesía», cuenta Juan Gutiérrez mientras pasea por los alrededores de su casa, una casa por la que han pasado numerosos rostros famosos, como el del cantautor Joaquín Sabina o el poeta asturiano Ángel González.

«Con Ángel González descubrí una poesía diferente. Decidí hacerle un busto en mi casa porque en todo Oviedo no hay nada dedicado a él. Un día conseguí traerle hasta aquí y a raíz de ahí hicimos una gran amistad», explica Gutiérrez sobre su pasión por el poeta asturiano.

La casa lleva abriendo sus puertas al público desde hace seis años, donde, además de la poesía, «el jamón, el pan y el vino fresco» son grandes protagonistas en los recitales y homenajes que se suelen hacer una vez al año en la Casa del Verso, bautizada así por José Luis García Martín.

Uno de los homenajes fue en honor a Álvaro Neil, más conocido como el «biciclown», ese hombre que un día decidió dejar su trabajo como abogado para coger su bicicleta y dar la vuelta al mundo para sacarles una sonrisa a todos los niños que se ponen en su camino. Durante una hora, ciento diez personas recitaron y escucharon poesía y, después, disfrutaron de una tertulia.

El «hall» principal, con una escalera que desfila a ambos lados de la casa, recuerda a la de la mansión de la película «Lo que el viento se llevó». Dicha escalera conduce a uno de los puntos clave de la casa: la habitación de Ángel González. «Como no podía ser menos, Ángel tenía que tener una habitación en mi casa, porque iba a quedarse aquí muchos días. La habitación está decorada especialmente para él, a su gusto», explica Juan Gutiérrez.

La casa respira poesía en cualquiera de los rincones. En la fachada aparecen dos referentes en el mundo poético: el español Federico García Lorca y el chileno Pablo Neruda.

Pero la fachada no es el único punto donde hay un recuerdo a los grandes poetas. En la terraza se puede ver un pequeño homenaje a Miguel Hernández y a uno de sus poemas más famosos, «Aceituneros». Pero, sin duda alguna, el protagonista de esta casa es Ángel González, y la gran prueba se encuentra en el jardín, donde está colocado un busto en su honor, rodeado por cuatro hermosos poemas.

Efectivamente, como bien reza a la entrada en la Casa del Verso, aquí se concentran «los más bellos poemas de amor del mundo».