Dice Marzio Conti que el diablo divide, que el origen griego de la palabra «diablo» es la división (no sé de dónde sacó eso). Lo cierto es que este director de orquesta hizo de ángel conciliador y juntó la OSPA con Oviedo Filarmonía, que es la de Dios; ya debe serlo juntar a cualquiera de ellas en armonía. Un Marzio necesitábamos en la política. Pelópidas y Epaminondas unieron sus escudos en un ataque frustrado de Esparta sobre Mantinea, en el año 385 a. C., según Jenofonte; pronto hirieron a Pelópidas, pero el otro siguió luchando por los dos sin apartarse del cuerpo del amigo caído, hasta que una daga le rajó la barriga y se le salieron los intestinos. Lograron sobrevivir, no obstante, y fueron nombrados generales; eso sí, jamás quisieron obrar cada cual por su lado: sus escudos se hicieron uno, y sus decisiones. ¿Admitiría Marzio Conti compartir batuta al unísono?