Chus NEIRA

Las 34 toneladas de chapas de metal que en 1988 fueron una escultura de Fernando Alba que el Principado instaló en la plaza Lago Enol de Ventanielles, que en 1995 el Ayuntamiento desmontó y que desde 2003 yacían apiladas entre escombros y polémica en una finca municipal de Pontón de Vaqueros, junto al campo de Los Castañales, han desaparecido. Al menos nadie sabe explicar su paradero, y en la citada finca, donde siguen los restos de los puentes ferroviarios eliminados de la ciudad con la operación Cinturón Verde, no hay rastro de las grandes planchas metálicas.

Izquierda Unida presentó a finales de junio un escrito al Ayuntamiento exigiendo conocer la situación en la que se encontraban las piezas de la obra de Fernando Alba, pidiendo su reposición o su reconstrucción. Ahora, IU, explicaba ayer su portavoz, Roberto Sánchez Ramos, ha recibido por toda respuesta municipal un escrito de Patrimonio en el que simplemente se explica que la citada escultura no es propiedad municipal. «La escultura en chapa de hierro de Fernando Alba no es de propiedad municipal, por tratarse de una adquisición realizada por el Principado de Asturias directamente al artista (costó diez millones de pesetas), sin que conste que se haya formalizado la cesión de la misma al Ayuntamiento», detalla el informe. Allí también se hace mención de la licencia municipal para su instalación en Ventanielles en 1988, pero no se habla de su desmantelamiento. Sólo se añade que el 19 de octubre de 2004 se consultó a la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Hacienda una posible cesión, pero que el Principado nunca contestó.

En aquella época, Ayuntamiento y artista trataron de buscar un nuevo emplazamiento para la obra, en Llamaquique y en La Corredoria, pero el traslado nunca se llegó a ejecutar. Ahora, siete años más tarde, Sánchez Ramos asegura que «lo que se nos dice extraoficialmente es que ha sido robada».

El portavoz de Izquierda Unida asegura que su pregunta había sido realizada con la intención de recuperar la obra, pero que ahora, con la nueva situación, es «el alcalde de Oviedo, que fue quien dio las órdenes para la retirada de la obra, para su desmontaje y para su destrucción, quien debería de tomar un acuerdo de reparar el daño ocasionado por la forma bárbara de tratar una obra como la de Fernando Alba». La única solución, en palabras de Roberto Sánchez Ramos, es «resarcir al autor dándole otra obra en la ciudad».

Sánchez Ramos confía en que en el plazo de un mes el Alcalde solucione este agravio cultural, ya que, insiste, «no hay casos similares, no conozco a ningún Alcalde, a ninguna persona que haya hecho con una obra de un artista lo que Gabino de Lorenzo ha hecho con la escultura de Fernando Alba».

La obra de Alba fue retirada durante los planes de choque que reurbanizaron la plaza de Ventanielles y a petición de un grupo de vecinos que se quejaban de la supuesta peligrosidad de las planchas. Desde entonces, y hasta su tumba en Los Castañales, las planchas de metal rodaron por varios almacenes y fincas municipales sin que la obra se volviera a montar nunca.