J. L. S.

Las bombillas tradicionales tienen las horas contadas, el futuro está en puntos de iluminación que sean muchos menos contaminantes y que gasten menos. Ésa es la conclusión que presentó ayer en Oviedo el catedrático en Ingeniería Eléctrica y Computación por la Universidad de California, Charles E. Hunt. El investigador es el creador de la tecnología ESL, un tipo de iluminación por estimulación electrónica capaz de dar un 70% más de rendimiento que las actuales bombillas, con una duración superior a las 11.000 horas y que no utiliza mercurio. Durante su charla aseguró, no obstante, que «las personas suele preferir para el hogar bombillas de una mayor calidad, aunque sean más contaminantes, mientras que las empresas buscan la eficiencia para tratar de ahorrar costes».

La nueva tecnología que Hunt ha patentado es muy similar a la iluminación que utilizan ya los móviles. «La tecnología ya está completamente desarrollada, el problema con el que nos estamos encontrando es de manufactura y de cómo fabricarlas a gran escala», señaló Hunt. Aún así, auguró que ésta será la luz del futuro.

La compañía para la que trabaja el investigador, Vu1, está trabajando también en otras fórmulas capaces de sustituir a los actuales sistemas de iluminación, señaló. Una de ellas son los llamados alógenos reflectantes, un tipo de lámparas que duran el doble que las convencionales y consumen la mitad de energía, pero que no pueden usarse en todas las instalaciones eléctricas. Otra es la denominada «ceramic halide». Se trata de unas lámparas que, según Hunt, necesitan tiempo para empezar a iluminar. La última son las lámparas Led orgánicas.