José Luis Felgueroso es un estudioso de las cofradías ovetenses, desde la Balesquida que va camino de cumplir los ochocientos años a la del Nazareno, que se remonta a finales del siglo XVII; pasando también por la del Santo Entierro, Nuestra Señora de los Dolores, la del Cautivo, la del Silencio o, finalmente, la de los Estudiantes. A éstas posiblemente se sumará la del Domingo de Ramos, de San Pedro de los Arcos. Las cofradías están vivas en Oviedo, después de que en la década de los años sesenta languidecieran para resurgir con fuerza en la de los noventa del pasado siglo.

-¿Cuándo empezó a investigar sobre las cofradías ovetenses?

-Si digo de siempre puede resultar presuntuoso, pero lo cierto es que desde hace muchos años todo lo que veía lo apuntaba. Lamenté no haber puesto la fuente.

-Supongo que para llenar muchas lagunas...

-Sobre todo si hablamos de las cofradías gremiales, como la de la Balesquida, la Magdalena, la de los Zapateros y otras de la misma época. En Oviedo, aparte de que con el transcurso del tiempo se perdieron muchas cosas, el incendio de 1521, la invasión francesa con todo el expolio que implicó durante la Guerra de la Independencia, la Revolución del 34, la Guerra Civil, y todo esto sumado a la desidia fue terrible.

-Lo que requerirá un gran esfuerzo para recuperar todo lo que se pueda.

-No será tarea fácil, pero como hay muchos adelantos, como internet y el acceso a las bibliotecas públicas que tienen sus archivos informatizados, hay más posibilidades de continuar investigando. Lo lamentable es que hubo documentos que se destruyeron, pero otros que alguien se quedó con ellos, como algunos de la Balesquida que los consultó el historiador Juan Uría y que después desaparecieron. En otras cofradías, fundadas a finales del XIX o principios del XX, falta hasta el primer libro de actas. Con un poco de suerte igual algún día aparecen en el rastro.

-¿Hay alguna singularidad que tengan las cofradías ovetenses?

-Son todas similares, a no ser la de los Estudiantes, que se rige por el mismo sistema que las sevillanas. La forma de llevar los pasos, por dentro o por fuera. La de los Estudiantes es la única que lo llevan a costal y que tienen a honra en ser los únicos en poder llamarse costaleros.

-¿El número de cofradías hace a Oviedo singular?

-No. En Villaviciosa las hubo siempre, ahora también las hay en Ribadesella, en Luarca y en Gijón, aunque estas últimas tienen problemas por falta de financiación.

-¿Y en Oviedo?

-Si miramos a la Balesquida, los cofrades pagan tres euros al año, los protectores ocho, y el resto de las cofradías deben de rondar los veinte euros por cofrade. Si hay que cambiar un paso, un manto, o poner un estandarte o bordados ya estamos hablando de miles de euros. Aunque el Ayuntamiento nos ayude hay que estar alerta.

-¿La cofradía más singular?

-La más llamativa es la de los Estudiantes por sus connotaciones de las cofradías sevillanas. Llevar las imágenes a costal o subir la calle de La Vega a paso ordinario, a la gente le impresiona mucho. Pero yo no haría distingos porque cada una tiene su carácter y su idiosincrasia. Lo que no se puede es hablar pontificando, porque lo que importa es la esencia.

-Aumenta la tradición y la devoción.

-Y también porque la gente que acude a las procesiones va a ver un espectáculo gratuito.

-¿Oviedo tiene un protagonismo especial en el Norte?

-En Vivero hay muy buenas procesiones, igual que en Santander y Bilbao; pero hay que mirar al Sur. León, por proximidad, y a Andalucía porque tienen todo lo que se quiera. Hay cofradías con siete mil personas.

-¿Su preferida?

-La que más cariño tengo es la de San Isidoro, pero por todas siento pasión.

-La Balesquida va camino de cumplir los ochocientos años.

-Dentro de veinticuatro. Es la más antigua de Oviedo y de las que más devoción tiene. Es asombroso ver la cantidad de personas que entran diariamente en su capilla.

-Los jóvenes se están sumando a las cofradías.

-Afortunadamente, porque de lo contrario irían primero perdiendo fuerza y después desapareciendo. Sólo un dato. En la Balesquida el sesenta por ciento de los cofrades son menores de edad. Y otro. La alfombra floral de este año en San Isidoro fue un trabajo digno de destacar gracias a los jóvenes.