La presentación del libro del ciclo de conferencias de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) correspondiente a la edición del año pasado se convirtió ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA en un acto de reivindicaciones carbayonas, unas veladas y otras directas.

La más explícita fue la de José Antonio Fernández, Toni el joyero, que pidió a Ayuntamiento y Arzobispado que una vez a la semana hagan sonar la «Wamba», la gran campana de la Catedral. «Los ovetenses nacen y mueren sin escucharla», criticó para sustentar su petición.

La archivera municipal, Ana Herrero, fue más velada y leyó un documento del archivo en el que ya cuando se eligió su actual ubicación, en el siglo XIX, se advertía de que se iba a quedar pequeño.

Carmen Ruiz-Tilve, cronista oficial de Oviedo y coordinadora de las conferencias, centró su intervención en reivindicar la figura de la escritora Dolores Medio, de la que el próximo día 16 de diciembre se cumple el centenario de su nacimiento y los 85 años de su muerte. La cronista se propuso en los años 80 «quitar las telarañas» que tapaban la historia de la gran escritora ovetense, y en ello sigue. «Que todos los ovetenses lean a Dolores Medio, no se van a arrepentir», arengó. Ruiz-Tilve trazó la historia de la autora de «Nosotros, los Rivero» desde su bautizo en la iglesia de San Tirso hasta su muerte, cuando la cronista y su hija la acompañaban. Especial parada el día de Reyes de 1953 cuando Medio ganó el premio «Nadal», «noticia que en Oviedo sentó como una bomba, en parte alegre, pero en otra parte con cierto resquemor porque Lolina Medio estaba considerada como una chiflada estrafalaria, una roja», relató Carmen Ruiz-Tilve.

Recordó también la cronista que en la primera semana en la librería Cervantes se vendieron 3.000 ejemplares de la obra, que los ovetenses leyeron con pasión «por temor a aparecer».

Manuel Gutiérrez Claverol, que al año pasado pronunció la conferencia «Un vistazo al subsuelo de Oviedo», destacó que la ciudad «está en primera línea del mundo en geología».

El acto contó también con la presidenta de la SOF, Belén Fernández-Acevedo, y la responsable de la editorial Everest, Inés Gálvez.