Pablo GONZÁLEZ

Un ciudadano colombiano se enfrenta a cuatro años de cárcel por supuestamente tratar de violar a una compatriota de 15 años en la Tenderina. El acusado asegura que todo se trata de una venganza de la madre de la niña por negarse a seguir prestándole dinero. Así quedó reflejado ayer durante la vista que tuvo lugar en los Juzgados de lo penal de Oviedo, que tuvo que suspenderse por la incomparecencia de uno de los testigos. Los hechos se remontan a la mañana del 24 de junio, cuando el acusado acudió a casa de la menor, que en el momento de los hechos tenía 15 años, con el pretexto de entregar una cantidad de dinero a su madre para que ésta se lo guardara.

En un momento dado el acusado trató de besar a la joven, a lo que ésta se negó. También le propuso conectarse a internet para ver una película porno. La chica también se negó. Ésta se retiró a su habitación y el acusado la siguió portando un cuchillo en la mano. Se abalanzó sobre ella, la tumbó sobre la cama y le realizó distintos tocamientos por todo el cuerpo. Durante el forcejeo, la menor logró arrebatarle el cuchillo y golpearle con él, al parecer sin herirle. Al mismo tiempo, le mordió en un costado, tal y como se refleja en el escrito de acusación del fiscal. Luego la joven huyó de la casa. «Lo intentó (sobrepasarse)», aseguró la menor durante la vista.

La madre de la chica, que reconoció que había dejado dormir al acusado tiempo atrás en su casa cuando éste salió de la cárcel tras cumplir pena por otro asunto y que era amigo de la familia, llegó a asegurar que la joven «preparó» un cuchillo en la cocina y lo tapó con un trapo al ver que el acusado «la miraba muy raro». «Ella (por su hija) se fue a la habitación y él la siguió y se le puso encima. La cogió del pelo, la agachó y trató de quitarle el pantalón», afirmó la madre de la víctima. Poco después de la supuesta agresión, el acusado, según el testimonio de la madre, la llamó por teléfono. «Me llamó para decirme que no lo perjudicara, que no lo denunciara», aseveró la madre de la menor.

Por su parte, el acusado negó rotundamente los hechos y aseguró que se trata de una venganza de la madre por haberse negado a dejarle dinero. Y es que, según una testigo, el acusado y la madre de la víctima tuvieron una fuerte discusión en una bocatería de Pumarín días antes de la supuesta agresión sexual. «En la bocatería se montó un escándalo», rememoraba la testigo. «Ella le dijo (por la madre) que si no le seguía dando dinero lo iba a mandar la cárcel. Y él le dijo que ya no tenía dinero», añadió. El juicio no pudo quedar visto para sentencia y tuvo que suspenderse ya que uno de los testigos, vecino de la víctima, no pudo comparecer ayer en la vista celebrada en los Juzgados de lo penal de Oviedo.

En principio, y a la espera de que el fiscal pueda modificar sus conclusiones finales una vez que termine el juicio y cambiar la petición de pena en uno u otro sentido, el ministerio fiscal solicita para el acusado cuatro años de cárcel por un delito de agresión sexual. Además, solicita una orden de alejamiento de la menor de 500 metros: no podría acercarse ni a ella, ni a su domicilio, ni a otro lugar en el que ésta se encontrase y tendría prohibido comunicarse con ella por cualquier medio (teléfono, carta, correo electrónico...). El fiscal también pide una indemnización por responsabilidad civil de 3.000 euros para la menor.

La vista se reanudará en las próximas semanas, una vez que el testigo que falta, cuya versión de los hechos es considerada importante por el fiscal para aclarar lo sucedido, pueda comparecer, ya que se encuentra de viaje.