J. MORÁN

Mientras que en la historiografía de la Iglesia contemporánea española han abundado los estudios sobre la Iglesia del País Vasco o de Cataluña, los hechos vividos en Asturias «han quedado de lado pese a la relevancia de los años del arzobispo Tarancón, cuando en esta región se producen los primeros conflicto sociales importantes en los que la Iglesia se vio involucrada».

Esta reflexión corresponde a José Luis Fernández Jerez (Oviedo, 1978), Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y autor del libro «La Iglesia en Asturias (1957-1978)», que ayer se presentó en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). Al igual que en los otros núcleos industriales de España, en Asturias se inician a finales de los años cincuenta los movimientos sociales con los que el clero convive, pero con la particularidad de que pocos años después, en 1964, será nombrado titular de la sede ovetense Vicente Enrique y Tarancón, «un obispo que participa en el Concilio Vaticano II y que llega a Asturias con el pensamiento idealista del movimiento conciliar», comenta Fernández Jerez. Sin embargo, será en Asturias donde «ese pensamiento conciliar de Tarancón se encuentre con las huelgas, los movimientos sociales o los párrocos que apoyan a los trabajadores», agrega el autor del libro.

La presentación de la obra corrió ayer a cargo de Carmen García, profesora del departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo y directora del proyecto de investigación que ha dado lugar al libro y que Fernández Jerez realizó entre 2002 y 2004. También presentó la obra Javier Fernández Conde, catedrático emérito de la Universidad de Oviedo y precisamente rector del Seminario Metropolitano durante varios de los años abordados en el libro.

En síntesis, la obra de Jerez relata lo que enuncia su subtítulo: «el fin del nacionalcatolicismo en Asturias y los orígenes de una Iglesia inspirada en el Concilio». El autor destacó ayer que el suyo es «el primer estudio con carácter científico sobre la Iglesia en Asturias» durante la segunda mitad del siglo XX. Fernández Jerez aborda sistemáticamente cuestiones como la reorganización de la diócesis tras el Concilio, el nuevo rumbo del Seminario o los curas obreros. También examina las coordenadas de una nueva sociedad secularizada, los movimientos seglares o los cambios en los ritos a raíz de la reforma litúrgica, así como los conflictos internos o externos que afrontaron Tarancón y su sucesor a partir de 1969, Gabino Díaz Merchán. El marco temporal del libro está marcado por las primeras huelgas en la mina gijonesa de La Camocha (1957) y el referéndum de la Constitución y la Asamblea Sacerdotal Diocesana, en 1978.