E. F.-P.

La demolición de un par de casas en una parcela de la Ería -consignada en la unidad de gestión Ería 2.C, según confirmó el Ayuntamiento- se llevó por delante ayer una casamata de la Guerra Civil. A media tarde, el concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, aseguraba no tener conocimiento de lo ocurrido ni le constaba denuncia alguna. Más tarde, ya confirmados los hechos y el emplazamiento del vestigio militar, el concejal no descartó, a falta de verificarlo con los técnicos municipales, que estuviera sujeto a algún tipo de protección, lo que acarrearía consecuencias a la empresa constructora responsable del derribo.

El geógrafo Manuel Antonio Huerta Nuño, autor de un inventario de los restos arqueológicos de la Guerra Civil en Oviedo, indicó que en esa área de la ciudad, en el entorno de la Ería, tiene constancia de tres casamatas, dos en buen estado, una especialmente, y otra de la que no queda más que un trozo de hormigón. Huerta Nuño, que no estaba al tanto de lo sucedido, no supo identificar de cuál de ellas se trataba. Una de ellas, según indicó más tarde el concejal Alberto Mortera, está próxima al talud de la Ería y desde ella los soldados controlaban los movimientos de tropas en la carretera del Escamplero.

A simple vista la estructura demolida tiene el aspecto de un puesto de observación, desde el que los vigías orientaban la dirección de los tiros durante las batallas.

Alberto Mortera se comprometió a visitar el lugar y recabar información sobre las responsabilidades derivadas de la demolición de la casamata. El responsable municipal de Urbanismo aludió a los problemas que suele plantear la preservación de estas estructuras de carácter bélico. «Son difíciles de encajar en urbanizaciones recientes», señaló, y añadió que son frecuentes las quejas vecinales -en concreto aludió a la zona de Prado de la Vega- por la acumulación de basuras, su ocupación y el riesgo que entrañan, sobre todo para los niños, que pueden caer en el interior de trincheras o edificaciones poco visibles.

En cualquier caso, aseguró que el Ayuntamiento tiene la intención de preservar este patrimonio, sobre todo cuando se localiza en áreas abiertas y espacios verdes, como el Naranco o Colloto.