P. G.

Ramón Punset, catedrático de Derecho Constitucional y vicepresidente de la Academia Asturiana de Jurisprudencia, aseguró ayer durante la mesa redonda celebrada en el Club Prensa Asturiana sobre el caso del juez Baltasar Garzón que «el Estado ha concedido a los jueces un poder inmenso, convirtiéndolos en dioses. Y esto supone que el juez de instrucción es Júpiter». Punset se refería así a la dualidad que los jueces de instrucción -Garzón lo era de la Audiencia Nacional- tienen en España: dirigen la investigación al mismo tiempo que ejercen como jueces de garantías. «Sospecho que algunos jueces ponen las garantías procesales al servicio de la verdad, lo que retrotrae el proceso a la Inquisición», afirmó en referencia al «abuso» que algunos magistrados hacen de ciertos elementos durante la investigación.

Al tiempo, Punset afirmó que la sentencia contra Garzón «es un golpe encima de la mesa» ya que considera que «a veces los jueces operan con mucha frialdad: «¡Vamos a enviarlo a prisión a ver si se ablanda!». Esta reflexión se pone en relación con la intervención durante la charla de Leopoldo Tolivar Alas, presidente de la Academia Asturiana de Jurisprudencia y catedrático de Derecho Administrativo, ante un numeroso auditorio que llenó el salón de actos del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Tolivar Alas afirmó que los jueces abusan de la costumbre de enviar a los imputados a prisión de manera preventiva y de las «pinchazos» telefónicos. «Hay casos en los que el abuso de las escuchas telefónicas me ha escandalizado, al igual que las intervenciones informáticas», sentenció Tolivar.