Chus NEIRA

«Es que los rockeros clásicos tienden a ser gente mayor. Nosotros nunca nos vamos a la cama después de los conciertos. Si nos das de beber, nos das donde dormir y nos pagas la gasolina, ahí estaremos. Aunque sea mañana y en Valencia». Lo suelta, divertido, Diego Ruiz, guitarra y voz de los «The Attack of the Brain Eaters», para explicar las diferencias entre su trío y otro tipo de ejemplares. Porque lo suyo es rock, o al menos lo pretende, pero como vienen del hardcore acaban siendo otra cosa. «El grupo zapatilla, ya sabes, igual en un festival punk somos los maricas, pero también nos han llamado nu-metal», trata de resumir Adrián Redondo, el batera.

En realidad, todo es mucho más fácil que tratar de etiquetar a los «TAOTBE». Primero Diego y Adrián habían tocado juntos. Y Guillermo Fernández, bajista, también había compartido algún proyecto. Poca cosa, catorce años, amigos del cole, en las Ursulinas.

«Muy saturados del hardcore melódico», a lo que se dedicaban en aquellas primeras formaciones, un día de septiembre de 2008 Diego y Adrián estaban en el Tribeca viendo una final o semifinal del Oviedo Rock. Sobre el escenario tocaban «Black Horde», trío de hardcore denso y anguloso. Diego miró a Adrián y le dijo «¿Por qué no hacemos algo más potente, por qué no hacemos rock?».

Y eso, hacer rock, era en realidad una revolución para gente como ellos, que venían de donde venían. Llamaron a Guillermo, se metieron en el local y salió un estilo que resumen con el «pesado, fuerte y sencillo». Al descubrimiento llegaron casi por negación: «Mira, queríamos hacer el rock'n'roll de "Led Zeppelin", pero no podíamos cantar y tocar a la vez». Así que lo dejaron en canciones simples, potente y empastadas, un estilo hardcore-punk pero con riffs rockeros.

En su mundo, claro, podía sonar un poco raro, pero al final suele gustar a casi todos y nunca han tenido ningún problema en compartir cartel o meterse en festivales.

Después de una maqueta grabada en los talleres de Otero y un EP autoeditado que registraron en los estudios Dinamita de Dani G (han repetido con él para su LP, «Blood, Sweat & Smoke»), se apuntaron al concurso Bandjoust de Volcom en Barcelona y un día les llamaron para decirles que eran finalistas. No pagaban viaje ni alojamiento. Si perdían, volvían con una caja de ropa. Si ganaban, con una caja de ropa, mil euros, una guitarra y un ampli. Cogieron un autobús un martes a las ocho de la tarde en Oviedo y el miércoles la banda americana «Valient Thorr», que actuaba de jurado, les dio el premio ante una banda rival de treinta y pico años. «Creo que les hizo gracia vernos tan chorvos».

Eso tampoco cambió mucho las cosas. La gira de presentación ya estaba en marcha. Ahora, pasado un año, acaban de presentar su nuevo trabajo y andan de gira aunque con bajista sustituto, porque Guillermo, que estudia Biología, estará unos meses en Nueva Zelanda. Diego también está a otras historias, hizo la técnica de informática y trabaja desarrollando aplicaciones para móviles. Adrián, paradojas, acabó tocando la batería también con los «Black horde». Veloces y poderosos sobre el escenario, les queda carretera y fiesta. «No vamos a vivir de esto, no es una obligación, es buen rollo y hacemos amigos».