E. VÉLEZ

Los defensores de los gatos callejeros, agrupados en la plataforma ciudadana Pro Animales de Oviedo, han dado la voz de alarma: Están recibiendo «vejaciones e insultos» que tratan de elevar la presión para que dejen de alimentar a las colonias de felinos. Según Sandra Suárez, portavoz de la plataforma, «algunos vecinos intolerantes aprovechan para machacar, insultar y denunciar a los cuidadores porque se ha creado una innecesaria alarma social ante el reciente decreto municipal sobre animales errantes».

De acuerdo a esta normativa, aprobada el pasado mes de diciembre, el Ayuntamiento debe trasladar al depósito de animales a los gatos callejeros que generen insalubridad. El entonces concejal de Sanidad, Jaime Reinares, adoptó esta medida tras recibir varias denuncias ciudadanas sobre la presencia de focos felinos en la calle Sabino Álvarez Gendín, el entorno del Colegio María Balbín, avenida de Galicia, La Tenderina, la calle Severo Ochoa, el barrio de Otero y las proximidades del Colegio Veneranda Manzano. Fueron precisamente las quejas de los padres y profesores de este centro educativo, sobre la existencia de felinos a escasos metros de sus instalaciones, las que generaron mayor polémica entre defensores y detractores de gatos callejeros. Mientras el colegio alertaba de la peligrosidad de que los niños entrasen en contacto con los animales y denunciaba la presencia de excrementos en los patios de recreo, la plataforma Pro Animales de Oviedo aseguraba que los gatos no transmitían enfermedad alguna ya que «están controlados sanitariamente». Para atajar el problema, el segundo punto del decreto prohibió la alimentación de los gatos en el entorno del Veneranda Manzano y estableció la instalación de una gatera en el recinto. «Algunos creen que la prohibición de alimentar a los gatos está generalizada, cuando, en realidad, sólo se remite a este colegio. Por eso recibimos continuas faltas de respeto que entorpecen nuestra labor como cuidadores de los gatos», explica la portavoz de Pro Animales de Oviedo.