E. VÉLEZ

Dos cazadores encapuchados han llegado a la ciudad. Son rápidos, precisos y tienen vista de pájaro. Una pareja de halcones se encargará de ahuyentar las gaviotas en los próximos días, o al menos, lo intentará. El aumento de gaviotas en Oviedo y la denuncia del Colegio Guillén Lafuerza sobre la presencia de una colonia de estas aves en el patio han movido a que el Ayuntamiento acuda a la cetrería para solucionar el problema.

La empresa Locus Avis, dedicada al control de aves, ha puesto a disposición del Consistorio dos de sus mejores ejemplares: «Sancho», un halcón harris hawk, y «Salam», un híbrido gerifalte sacre, llegaron ayer de la mano de los cetreros Luis Miguel Álvarez y Rubén Fernández, dispuestos a ser el terror de las gaviotas. Sin embargo, después de un viaje de casi dos horas desde León hasta la ovetense plaza Porlier (lugar habitual de avistamiento de gaviotas), los halcones no llegaron a ver ni al «Viajero» de Úrculo. Según la empresa, la Consejería de Medio Ambiente aún no ha dado su permiso para que «Sancho» y «Salam» surquen nuestro cielo en busca de piezas.

«Esperamos poder soltar los halcones en los próximos días, a modo de prueba, para ver cómo reaccionan las gaviotas y, después, trazar un plan de actuación», comentó ayer Benedicto González, gerente de Locus Avis, para quien, además, es importante destacar que las aves de cetrería «no se dedicarán a cazar gaviotas, tan sólo las espantarán». Según los cetreros, «el halcón es como un perro, porque se le adiestra para una u otra cosa».

La forma de actuar de estas aves es sencilla: una vez que los expertos realicen la suelta en un área determinada de gaviotas, sobrevolarán la zona para que, en tierra, los cetreros tomen nota de los resultados. «Normalmente las gaviotas huyen despavoridas», aclara González, acostumbrado a trabajar en Asturias: «Estas aves son muy efectivas, por ejemplo, en el vertedero de Cogersa, Gijón y Avilés».

«Sancho» y «Salam» están deseando quitarse la capucha.