Ch. N.

«Mañana vais a necesitar las palabras en la Catedral». Se lo decía ayer el británico Peter Philips al coro luanquín «El León de Oro» en la sala de cámara del Auditorio Príncipe Felipe para recalcar la importancia de pronunciar de forma muy marcada la «d» y la «r», una «r» rodada, «rolling», decía Philips, en «dies verni». El coro ensayaba «Vidi speciosam» de Tomás Luis de Victoria, una de las composiciones de polifonía sacra renacentistas que sonarán hoy en la Catedral en el concierto, a las ocho de la tarde, que abre los actos conmemorativos del 1.170.º aniversario de la muerte de Alfonso II el Casto.

Divertido e impecable en cada matiz, Philips, uno de los directores más reconocidos en la escena internacional dentro del repertorio coral renacentista, insistió ante los de «El León de Oro» en la idea de pensar, antes de la interpretación de cada una de las piezas, en cuál es el tono que debe predominar. Lo hizo, por ejemplo, en la ya citada «Vidi speciosam», «que habla de lirios, palomas y cosas bonitas», explicó, «y no requiere esa forma de cantar tan grande, sino más relajada».

En la sala, en un ensayo abierto al público, se desperdigaban los aficionados, algunos partitura en mano, con el rostro satisfecho por el regalo que supone asistir al trabajo en directo de uno de los maestros internacionales de la polifonía. Philips, inquieto, volvía una y otra vez a repasar detalles, cuestiones de acentos y, finalmente, a poner en pie al coro de nuevo para repasar una última vez la composición, desde el principio. Hoy el «León» rugirá en la Catedral.