Todo un lujo fue poder contar en Asturias con Peter Phillips, reputado director y musicólogo, exponente británico de la música renacentista, con quien el Coro «El León de Oro» pudo profundizar en la polifonía sacra de esta época. Esta colaboración es una nueva demostración del nivel del coro luanquín, cuyo ascenso ha sido imparable, formando parte de la primera división del mundo coral, fuera ya de las fronteras españolas. Teniendo en cuenta la calidad artística que los «Leones» han alcanzado -como en este y en anteriores programas-, quizá lo difícil sea no sólo mantenerse, sino seguir creciendo. Desde esta perspectiva hay que valorar positivamente la iniciativa de «El León de Oro», un coro que, de la mano de su director fundador, Marco Antonio García de Paz, es hoy una formación estable, con plena madurez musical.

De este modo, «El León de Oro» tuvo la oportunidad de trabajar con un destacado especialista y al máximo nivel un programa de polifonía sacra renacentista, cuyo resultado pudo comprobarse en un concierto el domingo en la catedral ovetense, dentro de los actos conmemorativos del aniversario de la muerte de Alfonso II el Casto. Este concierto quedará inmortalizado, a su vez, en una grabación en DVD que el coro actualmente anuncia en la página web de «verkami», para que todos los fans de «El León de Oro» puedan participar en la financiación del proyecto.

La interpretación del coro fue impecable y de gran fluidez, de delicados perfiles en su polifonía, subrayando toda la belleza armónica en el encuentro entre las voces, y sensible también al mensaje de las piezas. Así se escuchó desde el motete «Nesciens mater» de Jean Mouton -que el coro repitió como propina-, y el «Laudibus in sanctis» de Byrd, este último muy arriesgado en cuanto a sus complejidades rítmicas y polifónicas. A lo largo del programa, «El León» demostró su solidez y flexibilidad en diferentes combinaciones vocales, que se ajustaron perfectamente a las piezas, como en la plegaria meditativa «Ave verum corpus», también de Byrd, a cuatro voces.

Hay que destacar el empaste logrado por el coro en obras como «O vos omnes» de Gesualdo da Venosa, teniendo en cuenta sus dificultades armónicas. Contundencia y vitalidad en el «Laudate pueri» de Palestrina y, de Andrea Gabrieli, «Deus, qui beatum Marcum», hacia la reflexión existencial del motete «Media vita» de Orlando di Lasso. La música de Tomás Luis de Victoria cerró el programa, con las piezas de adoración mariana «Vidi speciosam» y «Salve Regina», de refinado fraseo.

Ojalá a esta colaboración con Phillips puedan seguir otras, por ejemplo con su formación «The Tallis Scholars» -que el próximo año celebrará su 40.º aniversario-, con alguno de sus diferentes programas elaborados bajo acertados criterios musicológicos y pedagógicos, muy apropiados para el conocimiento del estilo y la tradición de la música antigua en una ciudad como Oviedo, en la que ya se asientan este tipo de repertorios. El concierto fue también un paso más en este camino, en lo que se refiere a la mejor música coral.