P. GONZÁLEZ

El empresario de origen hindú acusado de explotar a un inmigrante ilegal boliviano aseguró durante el juicio, celebrado ayer, que no regularizó la situación del trabajador ya que este «era problemático» y «bebía mucho». El empresario ofreció al inmigrante un contrato de trabajo a cambio de trabajar como albañil en un local que estaba acondicionando.

Según la víctima, una vez acabados los trabajos el empresario se negó a ayudarle a regularizar su situación en el país. Éste entonces le exigió el pago de sus honorarios, que calcula en 4.143 euros. El empresario tampoco los pagó.

La fiscalía acusa al empresario de un delito contra los derechos de los trabajadores por el que pide dos años de prisión. El ministerio fiscal asegura que el inmigrante fue obligado a trabajar doce horas al día y domingos y fines de semana. La defensa del acusado sostiene que el inmigrante presentó la denuncia debido a que cuenta con dos juicios por peleas en locales del empresario.