Pablo GONZÁLEZ

Santa Bárbara Sistemas anunció ayer el cierre de la Fábrica de Armas de La Vega y su fusión con la de Trubia en lo que ha sido considerado como una «desagradable sorpresa» por los representantes de los 640 trabajadores que suman los dos centros. Mientras, el Ayuntamiento de Oviedo criticó la decisión y advirtió de que rechazará cualquier operación urbanística que se plantee sobre los 120.000 metros cuadrados -propiedad del Ministerio de Defensa- que ocupa La Vega en una zona privilegiada de la ciudad si no existe «el máximo consenso». La empresa, filial de la norteamericana General Dynamics, expuso sus intenciones en una breve reunión que mantuvo con los responsables de los comités de empresa de La Vega y Trubia. El anuncio se produce una semana después de que se conocieran los Presupuestos Generales del Estado, en los que no hay partida presupuestaria para el 8x8, uno de los contratos con los que Santa Bárbara esperaba dar carga de trabajo a sus centros en España. Las cuentas presentan además un importante recorte en proyectos ya iniciados. Defensa es el principal cliente de Santa Bárbara.

En la reunión que los representantes de la compañía mantuvieron al mismo tiempo, pero por separado, con cada comité de empresa expusieron que el motivo de la fusión, una vieja pretensión que ya fue paralizada en 2009, pasa por la reducción de costes y de duplicidades, para paliar así los efectos de la crisis económica y los recortes en Defensa. La reunión duró escasos minutos, ya que los sindicatos la abandonaron nada más tomar conciencia de lo que se estaba planteando.

Santa Bárbara se compromete a mantener los puestos de trabajo -unos 280 en La Vega- y la actividad industrial. El plan de integración de La Vega en Trubia, según la empresa, «se iniciará inmediatamente». La compañía calcula que la fusión durará unos nueve meses. Se ejecutará por fases y, según la compañía, «no tendrá efectos en los calendarios de los contratos en vigor».